En 1917, año manifiestamente revolucionario, nace en Las Palmas Agustín Millares Sall en el seno de una familia de intelectuales con una honda tradición en la cultura canaria.
La implicación familiar en la vida política y social provocó que su infancia estuviera marcada por los conflictivos años de la República y su adolescencia por los acontecimientos más dramáticos de la historia española contemporánea: la guerra civil y la segunda guerra mundial.
En su poema Aprendizaje Millares recuerda sus primeros años de estudio como una etapa en la que el espíritu inconformista aún no había encontrado su cauce:
Escribía:
las primeras letras
en mi primera plana de caligrafía:
(a, e, i, o, u,
más sabe el burro que tú.)
Con pluma y palillero
calaba una bayoneta
con la que, llegado un día,
me lanzaría
a combatir el miedo…
(La letra con sangre entra,
por ejemplo.) (…)
sufría
la primera represión
pedagógica:
la palmeta.
Entonces –todavía-,
estaba por descubrir la poesía.
Y todo se me quedaba en el tintero.
Sus primeros cuadernillos de poesía, que se inauguran con Sueño a la deriva (1944), van configurando las claves de lo que será su poesía de madurez. Buscando una voz poética propia experimenta con formas métricas clásicas (la lira a la manera de Fray Luis de León; el soneto, tras la huella de El rayo que no cesa de Miguel Hernández).
En esta etapa de formación, Agustín Millares se va aproximando a los contenidos sociales y al tono de denuncia que marcarán la mayor parte de su obra.
En 1946 (…) publiqué La sangre que me hierve y El grito en el cielo, primer ensayo con carácter social, creo que influenciado por Miguel Hernández y su tragedia.
[Agustín Millares. Diario de Las Palmas]
Harto de ser y de no ser más harto,
cansado de mi suerte y de mi inopia,
quiero acabar y verme en otro parto
para iniciar una existencia propia. (…)
Mi puesto está aquí abajo, y no en la luna,
empeñado en la lucha y siempre activo,
-que es la prueba palpable de que vivo-
y no creo que existe vida alguna
más alta ni más baja, ni otro arribo
a más puertos, ni acceso a más fortuna.(…)
Antes que toda la existencia acabe
y se rompa el latido en nuestro pecho,
hemos de rebasar lo que se sabe,
lograr lo que hasta ahora no se ha hecho:
que el hombre, de un espacio tan estrecho,
pase a gozar la libertad del ave.
De El grito en el cielo
En estos años, que coinciden con la publicación de la Antología cercada (1947), el poeta comienza a utilizar la palabra –empleando la metáfora con gran expresividad- como un arma de denuncia contundente y de afirmación optimista ante unos nuevos valores de los que el propio poeta es portavoz visionario.
Se está abriendo como siempre la flor de todos los tiempos.
La portada de los ojos, los párpados de los libros,
la bahía de los brazos, la mano amiga del puerto,
el surco, el alba, el camino,
los cielos se están abriendo. (…)
Allí donde todo estaba clausurado por la nieve,
en el umbral se presenta la ausente estrella del júbilo.
Donde la paz parecía desterrada para siempre,
está volviendo a nacer la felicidad del mundo. (…)
Se está abriendo como siempre la flor de todos los tiempos.
Yo , poeta, declaro que escribir poesía
es decir el estado verdadero del hombre,
es cantar la verdad, es llamar por su nombre
al demonio que ejerce la maldad noche y día.
El poeta es el grito que libera la tierra,
la primera montaña que divisa la aurora,
la campana que toca la canción de la hora,
el primer corazón que lastima la guerra.
El poeta es el pueblo que a morir se resiste
en la súbita noche donde todo se olvida.
Donde no hay libertad no hay poeta con vida.
Ningún pájaro vuela donde el aire no existe. (…)
Yo, poeta, declaro que en el duro camino
del tiempo, en el poeta se halla siempre un hermano.
Yo, poeta, declaro que el poeta es humano,
conduciendo a los hombres hacia un claro destino.
Saludo (II). De La estrella y el corazón (1949)
Este mundo poético asentado en el combate por la libertad tiene fiel reflejo en la vida de Agustín Millares. Su militancia comunista le acarreará frecuentes episodios de represión, y en su relación con los poetas, compañeros de generación, se hermana lo poético y lo vital. El día de su boda, Pedro Lezcano le escribe un poema cargado de grandilocuencia donde el sentimiento de amistad se confunde con la llamada a la libertad.
A ti el grito más alto levantado,
Agustín, yo te saludo,
con el verbo de amor desenvainado
y el corazón desnudo.
A ti, mi amigo en voz, hermano en queja,
cantor de la mazmorra y el arado,
pájaro encarcelado
yo te saludo tras la misma reja.
Yo te saludo en este instante eterno
en que tu mano-nave, a la aventura,
da la primera vuelta a una cintura,
emboscándose abril en el invierno. (…)
De Paloma o Herramienta (Antología de Pedro Lezcano)
En los libros posteriores publicados hasta 1966, Agustín Millares insiste en su mensaje social- salvo algunas incursiones en el intimismo- y perfecciona el empleo de los recursos formales del poema, prestando especial atención a los elementos rítmicos, no en vano el pleno sentido de sus versos se alcanza con la lectura a viva voz.
Cuando escribo un poema, hasta que no tengo contacto con el público, hasta que no lo digo, no sé si está bien o mal.
Entre las obras publicadas en este periodo de plena poesía social destacan Nuevas escrituras (1964) y Habla viva (1965). Este último libro se editó en Barcelona, lo que permitió que su poesía trascendiera fácilmente del limitado recinto de las islas.
Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber de nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.
Te digo que no vale
Que el amor pierda el habla,
Que la razón se calle,
Que la alegría rompa sus palabras,
Que la pasión confiese: Aquí no hay sangre.
Te digo que no vale
Que el gris siempre se salga
Con la suya, que el negro se desmande
Y diga cruz y raya,
Al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y digo: Aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir no lo sabía, estoy al margen,
vivo en mi torre solo y no sé nada.
Te digo y te repito que no vale.
De Habla viva
Tras la publicación en 1966 de Poesía unánime, completa antología de su obra, el poeta inicia una extensa pausa editorial que rompe con la aparición de dos libros: Segunda enseñanza (1974) y Función al aire libre (1975), que supondrán un giro en el mundo poético de Agustín Millares. Sin abandonar su inconformismo y la esperanza de una sociedad más justa, el autor incorpora elementos surrealistas con los que profundiza en una poesía más reflexiva y, en ocasiones, más lúdica.
Competición amorosa
Estamos ante el mar,
tendidos en la arena
de la playa, cabeza con cabeza.
El día se va a enterrar
de un momento a otro.
(El tiempo vuela.)
¡Qué pena
que el día vaya a naufragar!
Queremos ver más allá
del horizonte que, a duras penas, se cierra.
Mano con mano, estrella con estrella,
todo es inútil ya.
No le paso más olas a la tierra.
De Segunda enseñanza
En 1974 se publica una nueva antología de su obra, El paraíso de los nudos, con un decisivo estudio introductorio de Jorge Rodríguez Padrón.
En los años ochenta, momento en que se le otorgará el Premio Canarias de Literatura (1985), la obra de Agustín Millares trasciende hacia una poesía del recuerdo, donde la nostalgia y cierto pesimismo acompañan las reflexiones del poeta. La muerte, circunstancialmente presente en algunos versos hasta entonces (La sombra de la mano enorme / se sabe bien lo que quiere / cuando nos llega la hora. Segunda enseñanza), aparece como protagonista de sus meditaciones.
Ya te siento llegar temida muerte
Con pasos de paloma ya te siento
Volar y tropezar con las paredes
Robándole a los aires el aliento
Congelando el abrigo de los muebles. (…)
Ya te oigo envolverme con tu vuelo
Déjame en paz gozar una y mil veces
Del día cardinal que yo deseo
Dale tiempo a pensarlo a quien no quiere
Irse sin más ni más por la tangente
Para verse royendo el esqueleto.
De Tierra batida (1986)
En 1988 publica Metamorfosis de la estrella, título simbólico por cuanto siempre fueron los elementos básicos de la naturaleza (el mar, el cielo, el aire, la luz,…) las metáforas a las que acudía Agustín Millares para transmitirnos sus sentimientos, su optimismo vital, como observamos en el siguiente poema de su primera época:
No es verdad que el momento no tenga una salida,
es mentira que el hombre camina hacia la muerte
y que ya no es posible darse al mar de otra vida. (…)
Montaremos el viento mensajero del alba,
viajarán nuestros ojos en la rápida estrella,
llegaremos a tiempo de ver cómo se salva
la humanidad que en ríos adversos se atropella.
De La estrella y el corazón (1949)
Ahora, en los momentos postreros de su existencia, la estrella viva se transforma dramáticamente:
Estrella disecada
Por qué colgando de un árbol
El Cosmos te ha desahuciado?
Por qué vestida de blanco
Naufragas en el espacio?
Continúas siendo el astro
Que fuiste y eres volando
Te vas de nieve quedando
Con el cuerpo disecado
Trepando el aire más alto.
De Metamorfosis de la estrella
Agustín Millares Sall muere en 1989. Sus cenizas, por deseo expreso, fueron arrojadas al Atlántico.
Vislumbro la cercanía
Del divorcio
Con la vida
La muerte tiene su vía
Sobre un suelo misterioso
A cualquier hora del día
De Salvas de juguetería (1989)
El crítico José Luis Gallardo despide a su amigo y compañero:
(…) Se dice que Agustín Millares Sall es un poeta social, y con ello se quiere indicar una limitación. Alguno va más allá y se atreve a recomendar expurgar su poesía de todo compromiso político para que resplandezca presuntamente el verso impoluto. ¡Pamplinadas! Agustín Millares es un poeta del pueblo, y eso es todo. Un bardo, un juglar. Aún más, es el poeta portador de la palabra profética que se opone a toda permanencia, a toda fijación, y que busca ese “otro” tiempo que siempre, en cualquier tiempo, está presente. (…)
Ahora que la voz de Agustín Millares Sall definitivamente se ha ido, ¿a quién vamos a exigir esa pureza?“Ha muerto un poeta del pueblo”. La Provincia 9/4/89
Salvas de juguetería (poemas de 1989), obra póstuma de Agustín Millares, se publica en 1997. El mundo onírico que bordea la muerte, con sus delirios y ensoñaciones, se hace presente en este poemario.
No estoy en paz cuando duermo
Frecuentemente despierto
Sufro el reloj que se duerme
Y que se queda durmiente
Durante todo el desvelo
Sus agujas no se mueven
Casi están exactamente
Donde las dejé hace tiempo
Entre la vida y la muerte.
Sueño con la luz ausente
Que puede en cualquier momento
Entrar y encenderte el seso
Eclipsado entre paredes.
Por fin, cruzando un gran puente
Durante un lento proceso
El amanecer me duerme.
Pero hasta en los últimos instantes no deja el poeta de buscar a los otros, a sí mismo; de reclamar la voz de todos para ser su portador.
Canto inaplazable
He salido a la calle
Me he encontrado contigo
Sangre con sangre
Conjuntando dos ritmos
Dos sencillos detalles.
No fabrico castillos
En el aire
Sé que es difícil enhebrar el hilo
En el ojo cerrado del camino.
Nadie
Nadie le niega al ser vivo
La condición importante
Pongo mi voz en peligro
Para que alumbre la calle.
De Salvas de juguetería
COMENTARIO DE TEXTO
AGUAFUERTE
Aquí te quiero ver,
amigo mío.
Aquí, aunque sólo sea por el dicho
de que ver es creer.
Aquí, para que vivas como vivo,
para que mueras una y otra vez
como yo muero sin haber vivido.
Aquí te quiero ver.
En el camino
de más áspera piel
que he conocido.
Donde matan de sed
hasta los ríos.
Donde el azul es otro precipicio,
de cuyo abismo el corazón da fe.
Donde se cae siempre en el vacío.
Donde se alienta sólo en el papel
de una letra de cambio o de un recibo.
Toreando los filos
te quisiera yo ver.
Aquí donde los astros que se ven
están emparentados con el frío.
Donde el día está herido
antes de amanecer.
Donde querer saber
es un delito.
Donde el aire es un hilo
que se puede romper.
Donde es triste nacer
y morir un respiro.
Aquí te quiero ver.
Donde nada anda bien
Donde no ves un libro
en que la letra esté
jugando limpio.
Donde el llanto es tratado a puntapiés.
Donde se hace difícil hasta el grito.
Donde acaba hecho un trapo el hombre mismo,
te quisiera yo ver.
Aquí, midiendo el pozo y la pared,
caminando a la cola de este siglo.
Aquí, tragando hiel,
tragándotelo todo a dos carrillos,
sabiéndote encarado con la ley
si no vives al margen y en el limbo.
Aquí, pescando el vicio
de beber
un tiempo sin sentido.
Aquí donde no hay sitio
para ser
lo que en un tiempo fuimos.
Donde el sol es de abrigo,
te quisiera yo ver.
Aquí te quiero ver,
Amigo mío.
De Habla viva
1.1.El poema nos plantea un reto en forma de alegato con cierta carga irónica. ¿A quién dirige ese reto? ¿En qué circunstancia histórica se sitúa el contenido?
1.2.En ocasiones la poesía “social” es calificada como “de combate”. ¿Cabría esta última denominación para este poema? Justifícalo.
2.1.Observa que apenas se emplean los adjetivos especificativos. ¿A qué crees que es debido?
2.2.El presente de indicativo es la forma verbal predominante. ¿Qué valor adquiere su uso en el poema? ¿Y el empleo del gerundio en la penúltima estrofa?
3.1.Agustín Millares nos hace llegar sus valoraciones con contundencia y reiteración, lo que es característico de la poesía social. Para ello utiliza algunos recursos estilísticos entre los que destacan las repeticiones (anáforas, derivaciones, paralelismos). Localiza y comenta el empleo de tales figuras literarias.
3.2.En su intento de provocarnos, de expresar una realidad que linda con lo irracional, el poeta recurre a metáforas inesperadas -en ocasiones imágenes visuales (Donde el aire es un hilo / que se puede romper)-, y paradojas –generalmente ligadas a la antítesis (Donde matan de sed / hasta los ríos)-. Comenta aquellas que te resulten más sorprendentes.
3.3.Justifica la elección de algunos elementos rítmicos (rima, acentuación, medida) que ratifica la afirmación de que “la mayoría de estos poemas cumplen su total intención al ser leídos”.
[Vicente Marrero y Esteban Amado. De Marañuela. Literatura canaria. Ed. Almadraba]
BIBLIOGRAFÍA
AMADO, ESTEBAN y MARRERO, VICENTE. Marañuela. Literatura canaria [vid. Cap. 7: La poesía social]. Almadraba, 2004
PÁEZ MARTÍN, JESÚS. Agustín Millares Sall: el hombre y su época. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1993
– Agustín Millares Sall: la obra comprometida. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1995
RODRÍGUEZ PADRÓN, JORGE. Lectura de la poesía canaria contemporánea (Tomo I) [vid. Aproximación a la poesía de Agustín Millares Sall]. Viceconsejería de Cultura y Deportes, 1991
VVAA. Literatura canaria. Desarrollo del currículo (Tomo I) [vid. Nicolás Guerra: La poesía social en Canarias]. Consejería de Educación, Cultura y Deportes, 1996
ANTOLOGÍAS DE AGUSTÍN MILLARES SALL
El paraíso de los nudos (antología poética). Edirca, 1980. Prólogo de Jorge Rodríguez Padrón
La palabra o la vida (obra poética). Viceconsejería de Cultura y Deportes (BBC, núm. 35), 1989. Prólogo de Jesús Páez Martín
Para conocer más a este autor:
Ficha de Agustín Millares Sall en Archipiélago de las Letras