Francisco Fontes
Los últimos 25 años del siglo pasado, que correspondieron al nacimiento y consolidación de un país independiente, fueron testigo del surgimiento de algunos nuevos autores y de su afirmación interna. El interés hacia el material literario que un nuevo país podría crear, y hacia la innovación que podría suponer su contribución a la literatura en lengua portuguesa, no se confirmó.
El amanecer de un nuevo milenio abrió otras vías de acceso a la literatura caboverdiana hacia una mirada más atenta a partir del exterior, a pesar de que aún aguarden a ser descubiertas y recorridas.
Para algunos, a medida que se extinguía la existencia física de los protagonistas del marco literario que fue la revista Claridade, en 1936, iba quedando un vacío. Acaso por haber sido una generación cultural y literariamente tan decisiva, ensombreció a todos aquellos que ya en un país independiente buscaban nuevos caminos de creación.
La generación de Claridade estaba perfectamente identificada e integrada en los medios culturales portugueses, o mantenía con ellos una estrecha relación, lo que facilitaba el seguimiento de sus dinámicas por parte de los sectores académicos y mediáticos.
Angola y Mozambique, económicamente más prometedores, con mercados más extensos, despertaron el interés del sector librero, y, por simbiosis, de igual manera el de los intelectuales y académicos. La publicación en Portugal de autores como Mia Couto, Pepetela, Ondjaki o Agualusa hizo mucho por su crecimiento como creadores y por su consolidación, tanto en sus países como internacionalmente.
Cabo Verde, a pesar de su escasez de recursos, supo maximizar con inteligencia los apoyos de la cooperación internacional y, así, ayudar también a crear un parque gráfico, dar un impulso estatal a la publicación y abrir el camino al nacimiento de editoriales independientes, disipando la tentación de una tutela al mismo tiempo en la creación y la edición.
Si esto no hubiese tenido lugar, con una dinámica incluso superior a la escala del país, hoy en día no habría apenas diferencia, en términos de situación literaria y editorial, entre Cabo Verde y otros países como Guinea Bissau o Santo Tomé y Príncipe, donde puede considerarse casi inexistente.
La independencia de Cabo Verde, el flujo literario en el Portugal posterior al 25 de abril y la curiosidad por la creación en otras latitudes habrán contribuido igualmente en la falta de interés.
También como causa, o consecuencia, Cabo Verde sintió la necesidad de crear sus propios mecanismos editoriales. Primero a nivel estatal, con el ICL – Instituto Cabo-Verdiano do Livro (posteriormente ICLD – Instituto Cabo-Verdiano do Livro e do Disco), después también por medio de empresas gráficas y, más tarde, a través de la iniciativa de escritores, que se veían en la necesidad de tener una editorial, para que los mecenas pudiesen así publicar sus libros y los de otros autores.
Todo eso contribuirá en el desconocimiento, el desinterés o la indiferencia hacia los autores que, a finales del siglo XX y principios del XXI, consolidaban su camino, iniciado años antes, particularmente en la fase posterior a la independencia del país. Ni las facilidades de las tecnologías de la comunicación e Internet, a las que algunos jóvenes recurrían para mostrar en blogs sus creaciones literarias, fueron capaces de atenuar esa alienación.
Fue así, con enorme extrañeza y perplejidad, que la crítica y la comunicación social se enfrentaron tras la concesión del galardón más prestigioso en lengua portuguesa, el Premio Camões, en su edición de 2009, al escritor caboverdiano Armenio Vieira. Sin llegar a ser un completo desconocido para los estudiosos, no era un laureado probable, debido a la ausencia de obra visible a la medida del galardón. Eran escasos sus libros editados y solo uno de ellos lo había sido en Portugal, el lejano Poemas (1981), por África Editora, desaparecido de los escaparates desde hace mucho.
Manuel Lopes, uno de los fundadores de Claridade, había sido señalado durante varios años como el posible primer Premio Camões, un galardón de corte político, anualmente compartido, desde 1989, por portugueses y brasileños, y puntualmente otorgado a angoleños (Pepetela, 1997, y rechazado por José Luandino Vieira, 2006) y mozambiqueños (José Craveirinha, 1991, y Mia Couto, 2013).
La muerte de Manuel Lopes, el 25 de enero de 2005, en Lisboa, donde residía, afirmó cierta orfandad de la literatura caboverdiana que solo podría ser mitigada por el narrador Germano Almeida, con apariciones regulares en el catálogo de la editorial portuguesa Caminho, y por Corsino Fortes, por su dimensión política y de poeta, aunque poco prolífico en cuanto a publicaciones. Ambos eran autores vivos referenciales de Cabo Verde en los programas de estudios universitarios sobre literaturas africanas en lengua portuguesa.
Si en las décadas anteriores se encontraban autores nacidos en el archipiélago en los catálogos de las editoriales portuguesas de referencia como A Vega, Dom Quixote, Livraria Sá da Costa, Imprensa Nacional Casa da Moeda, Publicações Europa-América, Edições Caminho, en la transición hacia el presente milenio, esta última era prácticamente la única que mantenía la presencia regular de literatura caboverdiana, a través de Germano Almeida, y fruto de una circunstancia azarosa, por medio de un “enchufe” del aún no Premio Nobel José Saramago, al que haré alusión en un momento más propicio.
Este contexto, que no ha sufrido cambios importantes en la actualidad, me incentivó a abordar el tema de la producción literaria de Cabo Verde en esta primera década y media del siglo XX, consciente de los riesgos, de la ausencia de una “red” de producción ensayística sobre las ingeniosamente pudiera fundamentar las opciones y orientaciones asumidas.
La perspectiva será necesariamente subjetiva, personal y, ciertamente, también lagunosa, dado que la información se basa en una recopilación por medios informales y que no existen bases de datos bibliográficas que registren la producción editorial ni en el país, ni en las estructuras de la CPLP, ni en Portugal. Se añade el hecho de que continúa existiendo una significativa publicación de autor, con una distribución/venta que recurre a amigos, familiares y organizaciones cercanas, y que las propias editoriales aún se sirven poco de Internet para divulgar y vender aquello que publican.
En vez de repetir una visión historicista de la literatura caboverdiana y de su división en tres grandes momentos, que considero la más sensata en el estado actual de los estudios literarios (Pre-Claridoso, Claridoso y Pos-Claridoso o de la Pos-independencia), decidí correr todos esos riesgos para hacer justicia a algunos autores que ya deberían ser citados entre los creadores literarios en lengua portuguesa, pero no lo son, solo por el pecado de haber nacido en un país pobre y con un mercado de libros de escala minúscula.
Procuraré abordar el siglo XXI de manera transversal, mencionando a aquellos que más se destacaron por su actividad editorial, por reconocimiento público de su obra, o por su singularidad e innovación creativa. A pesar de haberme centrado en este periodo, estableceré algunos puentes que lo comuniquen con las décadas de los 80 y 90, donde empiezan a emerger algunas voces, en el impulso inventor del nuevo país que quiere afirmar su identidad también a través de la creación literaria.
El Premio Camões, y otros
La concesión del Premio Camões a Arménio Vieira, en 2009, contribuyó a un mayor interés hacia la literatura caboverdiana por parte del panorama internacional, aunque esto no haya ayudado demasiado a que las editoriales portuguesas apuesten por los autores del país del laureado.
Arménio Vieira (nacido en 1941) en el momento de ser reconocido con el galardón, salvo por alguna colaboración dispersa, solo había publicado en Portugal 28 años antes (Poemas, 1981), y el año anterior, en 2008, Destino de bai – Antologia de poesía inédita cabo-verdiana, una obra panorámica con el sello de una ONGD, Saúde em Português, y no de una editorial convencional.
La Editorial Caminho le edita, aún en 2009, después del premio, la obra poética O Poema, a Viagem, o Sonho. Le reedita también la novela No Inferno, que había sido publicada en 1999 en Cabo Verde, en la colección Ficções do Centro Cultural Português Praia-Mindelo/ Instituto Camões.
A la altura del Premio Camões la obra impresa de Arménio Vieira era también escasa. Aparte de los volúmenes ya mencionados, lanza el relato O Eleito do Sol (1990, Instituto Cabo-Verdiano do Livro e do Disco), y la obra poética MITOgrafias (2006, Ilhéu Editora), también reimpresa en Portugal por Nova Vega en 2011.
Las tres obras de poesía que entretanto edita tienen el sello de la Biblioteca Nacional de Cabo Verde/ Publicom, O Brumário (2013) y Derivações do Brumário (2013), y el de Rosa de Porcelana Editora, Fantasmas e Fantasias do Brumário (2014).
Dado que antes del Premio Camões Arménio Vieira no tenía prácticamente presencia en catálogos de editoriales portuguesas, en contraste con otros africanos laureados, como Pepetela, José Luandino Vieira, José Craveirinha y Mia Couto, con publicaciones regulares en Editorial Caminho y Dom Quixote, pasado el impulso mediático del premio; tuvo que buscar en su país, en la Biblioteca Nacional estatal y en la novel Flor de Porcelana, quien le editase sus obras de madurez y de su trayectoria última.
Arménio Vieira será el único caboverdiano que hace décadas que vive para la escritura, aprovechando la pensión de antiguo preso político. Son famosos los “cenáculos” informales con amigos que tienen lugar diariamente en la terraza del Café Sofia, cerca de su casa, en la ciudad de Praia, la capital de Cabo Verde. También lo eran las partidas de ajedrez en que participaba, en la antigua terraza del Hotel Praia-Mar.
A costa, en gran parte, de los tres premios literarios que conquistó en Portugal y de la repercusión mediática resultante de sus funciones como Ministro de Cultura de Cabo Verde, Mário Lúcio Sousa se convirtió ya en una de los referentes de la literatura actual del país. Es incuestionable su reconocimiento como un de los autores más originales y polifacéticos, con obras de poesía, teatro, novela y ensayo.
La presencia de profesores universitarios en el área de literatura en los dos jurados que le concedieron el Premio Carlos de Oliveira 2009 a Novíssimo Testamento, editado por Publicações Dom Quixote, y el Premio Miguel Torga 2015 a Biografia do Língua (aún por imprimir), así como la publicación de la obra ensayística Manifesto da Crioulização, inaugurando una nueva colección de la Imprenta de la Universidad de Coimbra, el próximo diciembre, “introdujeron” su obra en el medio académico.
Mário Lúcio Sousa (nacido en 1964), después de algunas publicaciones dispersas y de su participación en Antologia dos Novíssimos Poetas Cabo-Verdianos Mirabilis – De Veias ao Sol (1998), se estrenó con la edición de Nascimento de um Mundo (poesía, 1980), seguido de Sob os signos da Luz (poesía, 1992) y Para Nunca Falarmos de Amor (poesía, 1999). Su primera obra de ficción, Os Trinta Dias do Homem Mais Pobre do Mundo (2000), conquista el Premio Fondo Bibliográfico en Lengua Portuguesa. Posteriormente, el relato Vidas Paralelas (2004).
El autor inaugura una nueva escritura dramática en Cabo Verde, llevada a escena por el Grupo de Teatro do Centro Cultural Português de Mindelo. Con el sello de aquel organismo ligado al Instituto Camões, de Portugal, edita localmente Adão e as Sete Pretas de Fuligem (2001), Salon (2004) y Vinte e quatro horas na vida de um morto (2006).
Mário Lúcio Sousa es también poeta musical. Es el autor de la letra (en criollo) y la música de las canciones interpretadas por el grupo Simentera, y que él mismo interpreta ahora en solitario.
Tchalê Figueira (nacido en 1953), uno de los pintores caboverdianos más reconocidos, se revela como escritor con el libro Todos os naufrágios do Mundo (poesía, 1992), seguido por Onde os sentimentos se encontram (poesía, 1998) y O azul e a Luz (poesía, 2002).
En 2005 se estrena como escritor de ficción con el relato Solitário y, ese mismo año, con el sello de Mar de Palavra (Portugal), aparece su segunda obra de ficción Ptolomeu e a sua Viagem de circum-navegação. En 2010, la nueva editorial Dadá (Cabo Verde) publica sus Contos de Basileia y, en 2012, el relato A Índia que procuramos. En edición de autor presenta, en 2012, A Viagem (poemas).
En 2015, en una publicación de la Associação da Orquestra Clássica do Centro (Portugal), publica, junto con el músico y escritor Vasco Martins, una recopilación de microrrelatos Cesária – A Rota da Rua Vagabunda, que aluden a vivencias en la ciudad de Mindelo que compartió con la cantante Cesária Évora.
Con este mismo sello tiene tres ficciones más, los relatos Uma Pequena Odisseia Mindelense y Solitude blues, así como Moro nesta Ilha há mais de cinquenta anos (título provisional).
La ficción de Tchalê Figueira es singular en el contexto de la literatura caboverdiana actual. En ella surge frecuentemente un alter ego vinculado a las artes plásticas. A través de un lenguaje que oscila entre la crudeza de los diálogos y la poética narrativa, recrea la vida de aventurero y seductor del caboverdiano por el mundo, de marinero y emigrante, como él mismo resultó ser durante décadas en el período que va desde su huida a los 17 años de la guerra colonial en que se vio envuelto el régimen fascista portugués hasta su regreso después de la independencia.
Presenta todavía una faceta de ilustrador de obras infantiles, y sus dibujos y pinturas ya fueron utilizados en portadas de libros, principalmente en las ediciones locales del escritor Germano Almeida.
Vasco Martins (nacido en 1956), que compartió con Tchalê Figueira la autoría de Cesária – A Rota da Lua Vagabunda, es reconocido internacionalmente como compositor, especialmente por su obra sinfónica para piano y guitarra clásica, pero también por la fusión creativa entre la tradición occidental, su mundo más cercano – su isla, Cabo Verde, África – y la inspiradora cultura oriental.
En su ficción así como en su poesía, la divagación creativa a través de esos mundos se convierte en un ejemplo de originalidad y singularidad. La configuración gráfica, la temática y la exaltación de la naturaleza remiten al lector hacia la poesía clásica oriental, que se torna inconfundible por medio de referencias a lugares en que se pierde caminando por su isla, São Vicente. En 1989 y 1993 publica en editoriales portuguesas y caboverdianas las novelas A Verdadeira Dimensão e Tempos da Moral Moral.
En poesía, lanza Universo da Ilha (1986) y Navegam os Olhares com o voo do pássaro (1989). Edita puntualmente discretas ediciones de autor, con sus poemas, para repartir entre los amigos. Un ejemplo es run shan (2008), donde el autor ya aparece bajo el nombre de Vasc d’Monteverde (en homenaje al Monte Verde, la montaña de su isla de São Vicente).
Al margen de los epítetos de poeta metafísico, nocturno, de la soledad, de la locura, Valentinous Velhinho (nacido en 1961) es un autor con un imaginario que deambula por los clásicos griegos, los portugueses Caeiro, Pessoa, Antero, Camões, Wilde, Pascal, los modernos rusos, los misterios del Antiguo Testamento, la banalidad cotidiana.
Su escritura en portugués, la única que utiliza literariamente, es del rigor de un clásico, pero en la expresión oral solo utiliza el criollo caboverdiano, como muestra de fidelidad hacia su cultura de origen. Nunca se le ha escuchado leyendo uno de sus textos en voz alta, debido, supuestamente, a que no le gusta la sonoridad.
Es el autor de obras de poesía Relâmpagos em Terra (1995), Adeus Loucura, Adeus (1997), O Túmulo da Fénix (2002), Tenho o Infinito Trancado em Casa (2008) y Noites ao cair da noite (2011), así como de la recopilación de crónicas No Ponto de Rebuçado (2001).
Con Larissa Rodrigues, Valentinous Velhinho, o Vadinho Velhinho, edita la bimensual revista de cultura y arte Artiletra, que apuesta por divulgar figuras olvidadas, como es el caso del mayor poeta caboverdiano, Eugénio Tavares, así como los nuevos creadores y la poesía universal. Fundada en 1990, es la mayor revista en activo que existe en Cabo Verde. Ambos dirigen también una editorial de libros con el mismo nombre.
José Vicente Lopes (n. 1959) es otro caso singular de la literatura caboverdiana. Periodista de profesión, se hizo investigador de la historia contemporánea del país hace unos años, y sus obras son de lectura obligatoria e inevitable.
Con una escritura depurada, que usa vocablos en filigrana, su obra poética se encuentra dispersa por publicaciones periódicas del país y del extranjero. La mayor compilación de poemas se halla en la antología de poesía inédita caboverdiana Destino de bai – Antologia de poesia cabo-verdiana (2008)
En narrativa breve, será el autor más importante de la actualidad. En formato libro publicó la recopilación de cuentos A fortuna dos dias (2007) y el cuento Ms. Kate [um amor de eugénio tavares] (2013). Dos de sus cuentos publicados tienen como personajes principales a los poetas Jorge Barbosa y Eugénio Tavares, lo que supuso continuas investigaciones de historiador en Cabo Verde, Portugal y EEUU. “O sonho do señor JB” (Jorge Barbosa) es publicado por primera vez en Tchuba na Desert – Antologia do conto inédito cabo-verdiano (2006).
En lo referente a investigación sobre la historia reciente de Cabo Verde, publicó, entre otros, Cabo verde- Os Bastidores da Independência (1996), Tarrafal/Chão Bom, Memórias e verdades (2010) y Aristides Pereira, Minha vida, nossa história (2012). Es fundador de Spleen Edições.
Poeta, novelista, ensayista y editor, Filinto Elísio Silva (nacido en 1961) ha publicado una decena de libros, entre los que destacan Do Lado de Cá da Rosa (poesía), “Prato do Dia” (crónica), O Inferno do Riso (poesía), Das Hespérides (fotografía, poesía y crónica), Das Frutas Serenadas (poesía), Li Cores & Ad Vinhos” (poesía), Outros Sais da Beira-Mar (novela) y Me_xendo no Baú.Vasculhando o U (poesía), y en prensa Diversa Prosa de Quase Verso (miscelánea), Conchas de Noé & Arcas Ostras (cantos, cuentos y casos) y Caliban Driblando Próspero em Amazónia.
A mediados de 2013, fundó Rosa de Porcelana Editora junto a la brasileña Márcia Souto, una editorial que, desde Cabo Verde, apuesta por una intervención en el espacio de la lusofonía. En 2005 lanzó Cabo Verde 30 anos de Cultura 1975 – 2005.
José Luís Hopffer C. Almada (nacido en 1960) es de los más destacados hoy en día. Es poeta, ensayista y editor. Tiene una intensa actividad cultural y literaria en las últimas décadas del siglo pasado en Cabo Verde, asociado a iniciativas culturales importantes, como el Movimento Pró Cultura (1986), el suplemento cultural Voz di Povo (1986-1987) y de la revista Pré-textos. Fue director de la revista Fragmentos (1987-1998), cofundador de Spleen-Edições (1993) y dirigente de la Associação de Escritores Cabo-Verdianos (1989-1992/1998).
Organizó la Antologia dos novíssimos poetas cabo-verdianos Mirabilis – de Veias ao Sol (1998) y O Ano Mágico de 2006 – Olhares Retrospectivos sobre a História e a Cultura Cabo-Verdianas (2008). Publicó, entre otras obras, À Sombra do Sol, I e II, (poesía, 1990), Assomada Nocturna (poesía, 1993), Assomada Nocturna – Poema de NZé di Sant’ y Águ (poesía, 2005), Orfandade e Funcionalização Político-Ideológica nos Discursos Identitários Cabo-Verdianos (ensayo, 2007), y Praianas (Revisitações do Tempo e da Cidade) (2009).
Utiliza también los pseudónimos Nzé di Santý Águ, Zé di Sant´y Águ, Alma Dofer Catarino, Erasmo Cabral de Almada (poesía), Tuna Furtado (artículos y ensayos) y Dionísio de Deus y Fonteana (crónica literária e prosa de ficção). Actualmente reside en Portugal.
Vera Duarte (nacida en 1952) se estrenó en la última década del siglo XX, pero su actividad cívica se ha sobrepuesto a la de escritora. Fue ministra, activista por derechos humanos y de las mujeres, magistrado, jueza del Tribunal Supremo de Justicia. Actualmente es presidenta de la Academia Cabo-verdiana de Letras.
Se estrenó con la obra poética Amanhã Amadrugada (1993), que fue seguida por O Arquipélago da Paixão (poesía, 2001), A Candidata (ficción, 2004), Preces e Súplicas ou os Cânticos da Desesperança (poesía, 2005) y Construindo a Utopia – temas e conferência sobre direitos humanos (ensayo, 2007). Ha colaborado también en diversos periódicos, revistas y obras colectivas nacionales e internacionales con prosa y poesía.
A Candidata recibió en 2003 el Premio Sonangol de Literatura (Angola). En 2001, la totalidad de su obra poética fue distinguida con el Premio Tchicaya U Tam’si de Poesía Africana (Marruecos). Como escritora de cuentos participó con “Nos tempos d’outrora” en Tchuba na Desert – Antologia do conto inédito cabo-verdiano (2006).
Oswaldo Osório (nacido en 1937) es uno de los símbolos vivos de la poesía de Cabo Verde. Es también cuentista. En 2004, una enfermedad genética lo dejó sin visión, lo que no le impidió seguir creando, recurriendo a su mujer para registrar sus obras. En 2007 hizo realidad el sueño de tener una editorial. Junto a su hijo, el periodista Giordano Custódio, creó Dadá Editora.
Fue uno de los fundadores del cuaderno de cultura de Notícias de Cabo Verde, “Seló”. Fue director del «Suplemento de Poesia dos Anos 80», en Voz di Povo, y cofundador de Seló – Página dos Novíssimos, donde comenzó su actividad como poeta y prosador. Publicó los libros Caboverdeanamente Construção Meu Amor (1975), Cântico do habitante. Precedido de Duas Gestas (1977), Clar(a)idade Assombrada (1987) y Os loucos poemas de amor e outras estações inacabadas (1997).
Después de quedar completamente ciego, recurre a Dinha, su mujer, para que sea sus ojos y manos en la escritura y organización de los poemas. De esta manera publica A Sexagésima Sétima Curvatura (2007), que reúne trabajos comprendidos entre 1976 y 2006, para evocar sus 67 años.
En cuanto a obras en prosa, es el autor de Cantigas de Trabalho – Tradições Orais de Cabo Verde, Emergência da Poesia em Amílcar Cabral (ensayo), Gervásio (teatro) y Nimores e Clara & Amores de Rua (narrativa). Colaboró en diversas publicaciones, como Alerta, Vértice (Portugal) y Raízes. Está presente en varias antologías de literaturas africanas.
Kaká Barbosa (nacido en 1947) es el poeta de la lengua caboverdiana. Publicó las recopilaciones Vinti Xintido Letrado na Kriolu (1984), Son di ViraSon (1996) y Konfison na Finata (2003). Es frecuente encontrarlo en su tiempo libre con amigos en zonas rurales recitando sus poemas o empuñando su guitarra mientras interpreta las canciones que compone.
Estuvo vinculado a la creación del Movimento Pró Cultura y a la fundación de la Associação de Escritores Cabo-Verdianos y la Sociedade Cabo-Verdiana de Autores. En lengua portuguesa escribió Chão Terra Maiamo (poesía, 2001), bajo el pseudónimo de Albely Bakar, Gaveta Branca (poesía, 2015) y Cântico às Tradições, que lo reveló como cuetista, en 2004.
Kaká Barbosa (a veces firma como Barboza) se considera autodidacta, lo cual no supone un obstáculo para intervenir de manera intensa en la vida ciudadana y política. Ha sido diputado de la Nación en sucesivas legislaturas. Es un eximio difusor de la filosofía popular que asimila por medio del contacto con el pueblo, y que traslada frecuentemente a la literatura, en particular a aquella escrita en caboverdiano.
Se encuentra vinculado a los movimientos literarios posteriores a la independencia y a la fundación de las organizaciones de escritores. En cuanto a la música, es creador de un subgénero que bautizó como Funembá (fusión de influencias del Funaná caboverdiano y del Semba africano). Cantantes de proyección internacional, como Mayra Andrade, ya interpetaron sus composiciones en criollo.
Carlos Araújo (nacido en 1950) es un escritor con una carrera consolidada y una decena y media de obras publicadas, de ficción, teatro y poesía. Es fundador de la editorial Calabedotch.
Percurso Vulgar (novela, 1990), Contos do Arco-da-Velha (cuentos, 1997), Doze por Dez (poesía, 1998), Na Corda Bamba (novela– Gran Premio SONANGOL de Literatura 1999 – Angola), Vendaval (cuento / fábula, 2000), A maldição de Ezeulu (ficción, 2002) son algunas de sus obras.
Ya en 2015 publicó la obra poética A Canção da Ilha (poesia), que se inspira en la pieza de teatro con el mismo nombre, escenificada en 2014.
Fátima Bettencourt (nacida en 1938), profesora jubilada, es uno de los raros ejemplos que hace del cuento género predilecto.
Publicó Semear em pó (cuentos, 1994), A cruz do Rufino (infantil-juvenil, 1996), Um certo olhar (crónicas, 2001), Mar – Caminho Adubado de Esperança (cuentos, 2006), Lugar de Suor, Pão e Alegria (crónicas, 2008).
Ondina Ferreira (nacida en 1946), o Camila Mont-Rond, también muestra su preferencia por el cuento. Se estrenó en 2001 con la recopilación Amor na Ilha e outras Paragens, y en 2010 lanzó Contos com Lavas.
Baltazar Lopes e a Música, Maria Helena Spencer – Contos, Crónicas e Reportagens, Elas contam e Inquietações em Crónicas Datadas, esta última en colaboración con Armindo Ferreira, son otras de las publicaciones de esta antigua profesora universitaria de literatura portuguesa y caboverdiana.
Ondina Ferreira presidió también el IILP – Instituto Internacional da Língua Portuguesa, un organismo creado en el seno de la CPLP (Comunidade dos Países de Língua Portuguesa), y que tiene su sede en la ciudad de Praia, capital de Cabo Verde.
Danny Spínola, pseudónimo de Daniel Euricles Rodrigues Spínola (nacido 1962), fue profesor, periodista, y es escritor y artista plástico.
Estuvo ligado a la fundación del Movimento Pró-Cultura, de la Associação de Escritores Cabo-verdianos (AEC), es director de la revista cultural Pré-textos y presidente del Conselho de Administração da Sociedade Cabo-Verdiana de Autores – SOCA, de la que es miembro fundador.
Ha publicado, entre otros, Lágrimas de Bronze (ficción, 1991), Na Kantar di Sol, (poesía, 1991), Adon y Éva (poesía, 1999), Infinito Delírio (poesía, 2002), Evocações (ensayos, 2004), Vagens de Sol (poesía, 2005) Lagoa Gémia (cuentos en criollo, 2006), Ámen Na Nha Xintidu (poesía en criollo, 2006), Os Avatares das Ilhas (ficción, 2008), Cabo Verde e As Artes Plásticas (2009) y Delírios da Cidade No Romance das Ilhas (cuentos, 2015).
Joaquim Arena (nacido en 1964) es periodista y reside en Portugal. Publicó las novelas Um Farol no Deserto (2000, Cabo Verde), y A Verdade de Chindo Luz (2006), con la editorial Oficina do Livro, de Portugal.
Carlota de Barros (nacida en 1942), aunque reside en Portugal desde hace cuatro décadas, publicó en 2015 su primera novela, Luna a noite de todos os dias.
Se estrena con A Ternura da Água (poesía, 2000). Continúa con la publicación de A Minha Alma Corre em Silêncio (poesía, 2003) y Sonho Sonhado (poesía,2007), que es reeditada en 2008 en una edición trilingüe (criollo, portugués e inglés).
Maria Helena Sato vive en São Paulo, Brasil. Es traductora y especialista en comunicación organizacional.
De su extensa obra poética se destacan Bonsais e Haicais (2000), Farol (2002), Presente do Mar (2003) y Caminho Orvalhado (2004), Cristais (2005), Areias e Ramas (2006). En prosa/poesía publica O poeta além-vale (presentación de una antología António Januário Leite), en colaboración con Luís Romano (2005).
La literatura infantil y juvenil
Dina Salústio (nacida en 1941) fue profesora de primaria, asistente social, periodista, técnica cultural. Entre sus obras destacan aquellas dirigidas a niños, un subgénero aún muy poco cultivado en Cabo Verde.
Es la autora de Mornas eram as Noites (cuentos, 1994), A Louca de Serrano (novela, 1998) Estrelinha Tlim Tlim (infantil-juvenil, 2000), Violência Contra as Mulheres (estudio, 2001), O que os olhos não vêem, (infantil-juvenil, en colaboración con Marilene Pereira, 2002), Cabo Verde 30 Anos de Edições–1975–2005 (catálogo enciclopédico, 2005) y Filhas do Vento (novela, 2009).
Marilene Pereira, una brasileña naturalizada caboverdiana, es periodista y escritora. Vive en Cabo Verde desde hace tres décadas. Es directora del Centro Cultural Brasil-Cabo Verde, en la ciudad de Praia.
Creó en el semanario más importante de Cabo Verde, A Semana, el suplemento “Semaninha”, dirigido hacia el público infantil. Desde 2001 publica literatura infantil, especialmente Bentinho Traquinas, Um, dois, três…, O que os olhos não vêem (en colaboración con Dina Salústio), Dona Sani y Aventuras na Cidade Velha. Participa también con dos cuentos en Tchuba na Desert – Antologia do conto inédito cabo-verdiano (2006).
Hermínia Curado Ferreira (nacida en 1944) fue profesora y diputada de la Nación. Su campo predilecto de escritura es aquel orientado a la infancia.
Publicó, entre otras obras, Estórias de Encantar (2000), A Magia das Palavras (2003) y Sonhos e anseios (ficción, 2008). Es co-autora, junto con Adelaide Monteiro Lima, de Manual di Kriolu – Kauberdi (1998) y de Memórias do Liceu da Praia (varios, 2013).
Leão Lopes (nacido en 1948) es también autor de obras de corte infantil-juvenil. Creador polifacético, cineasta y artista plástico, fue el fundador, junto con Germano Almeida y Rui Figueiredo, de la sobresaliente revista cultural Ponto & Vírgula (1983-87).
Siguiendo este subgénero literario publicó História de Blimundo (1998), Unine (1998) y Capitão Farel: A Fabulosa História do Capitão Farewell (2009).
O contexto jurídico dos media em Cabo Verde (ensayo, 1998), Manual Básico de Construção (2001), Baltasar Lopes: 1907-1989 (tesis doctoral, 2002), Baltasar Lopes — um homem arquipélago na linha de todos as batalhas (ensayo, 2011) son otras de sus obras.
Se ha dedicado también al cine como director, guionista y profesor. Fue el primer caboverdiano en realizar un largometraje de ficción – Ilhéu de Contenda, basado en la novela homónima de Teixeira de Sousa.
Fue ministro de Cultura en los años 90. Actualmente es diputado de la Asamblea Nacional.
En 1979 fundó, en Mindelo, la ONG AtelierMar, dedicada a la formación y capacitación cultural y al desarrollo local. Fue también fundador, y rector, en la ciudad de Mindelo, del Instituto Universitário de Arte, Tecnologia e Cultura (M_EIA).
António Gualberto do Rosário (nacido 1950), economista y antiguo primer ministro, se dedicó a la escritura después de abandonar la vida política activa. Publicó tres novelas Hora Minguada (2002), Ilha Imaculada (2004) y A Herança da Chaxiraxi (2012).
Ambos nacidos en 1967, tanto António de Névada, en la ciudad multicultural de Mindelo, como Luís Tavares, en el medio rural de la isla de Santiago, son poetas. Llaman la atención por su calidad y su lenguaje innovador, sin perder rasgos culturales de identidad. Residen en Portugal.
António de Néveda, pseudónimo del ingeniero António Brito Neves, publica en Cabo Verde Acto Primeiro ou o Desígnio das Paixões (1993), y, a través de la editorial Angelus Novus, de Coimbra, Esteira Cheia ou o Abismo das Coisas (1999). Va reapareciendo con colaboraciones dispersas en revistas y antologías. Forma parte también de Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana (2008).
José Luís Tavares, por Paraíso Apagado por um Trovão, recibió el Premio Mário António de Poesía 2004, otorgado por la Fundación Calouste Gulbenkian. Su segundo libro, Agreste Matéria Mundo (2005), fue galardonado con el Premio Jorge Barbosa. Más adelante publica Coração de Lava (2014), con fotografías de Duarte Belo.
Margarida Fontes, periodista, es una de las nuevas voces poéticas más reconocidas de Cabo Verde. Solo publicó De Lírios (2014), pero su calidad literaria, antes de aparecer en antologías de Portugal y Brasil, se fue revelando en su blog, odiaquepassa.blogspot.com.
Bajo la forma de un libro, su obra aparece por primera vez en Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana (2008).
Fue jefe del Departamento de Producción y Programas y directora de la Televisión de Cabo Verde (TCV), y se ha dedicado a la producción de series documentales centradas en figuras y temas históricos de su país.
Eileen Almeida Barbosa, nacida en 1982 en Senegal, poeta y narradora, es otra de las revelaciones en las letras caboverdianas. Después de conquistar algunos premios en concursos literarios, ve publicados sus poemas en la antología Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana (2008).
También en 2008 lanza su primer libro, titulado Eileenístico (cuentos y crónicas). En 2014 participa en Afriaca 39, una antología de 39 prometedores escritores con menos de 40 años del África subsahariana o de la diáspora, con el cuento “Dois Fragmentos de Amor».
La médico de Salud Pública, Paula Vasconcelos (nacida en 1966), y el artista plástico Mito (nacido en 1965 con el nombre de Fernando Hamilton Barbosa Elias), son dos casos particulares dentro de la literatura caboverdiana. Los dos son reconocidos poetas, pero no se conoce de ellos ninguna publicación de libros. Aparecen en antologías y revistas.
Ambos residen en Lisboa. Ella, después de trabajar en varios países, se estableció en la capital portuguesa. En poesía firma como paula y en la crónica como Paula Seelt.
El caso singular de Germano Almeida
Germano Almeida (nacido en 1945), abogado, es el escritor caboverdiano vivo que posee la obra más extensa y más traducida. Como narrador tiene cerca de dos decenas de obras publicadas.
Su estreno en la edición es fruto de una afortunada casualidad, y de un “enchufe” del Premio Nobel José Saramago, junto a su editorial portuguesa, Caminho.
Siendo un escritor aún desconocido y con textos dispersos publicados bajo un pseudónimo, principalmente el de Romulado Cruz, en la revista Ponto & Vírgula, decide sorprender a una amiga con una historia que escribe en pocas semanas, con la finalidad de regalársela por su cumpleaños. Se trataba de Ana Cordeiro, portuguesa, directora del Centro Cultural Português de Mindelo.
Como gesto de aprecio, ella insiste en que sea editado. Deciden crear una editorial para publicar la obra, reúnen a un grupo de amigos, entre ellos a la pintora portuguesa Graça Morais, que a esas alturas desarrollaba una escuela creativa en Mindelo. Graça Morais, ya de vuelta, trae consigo algunos ejemplares de la obra y uno de ellos se lo ofrece a su amigo José Saramago. Es entonces cuando Saramago lo da a conocer al editor de Caminho que, desde entonces, ha apostado por él.
Así nace O Testamento do Senhor Napumoceno da Silva, editado en 1989, que fue adaptado el cine por Francisco Manso e incluido entre las cien obras más importantes del siglo XX pertenecientes a autores africanos.
Reconocido contador de historias – a imagen de aquellos que en el umbral de la puerta, durante las noches de su infancia en la isla de Boavista, enriquecían su imaginario – construyó en los últimos 20 años una sólida obra.
Meu Poeta, que tuvo secuela en A Morte do Meu Poeta (editada únicamente en Cabo Verde), es su obra más elaborada. En ella satiriza a la sociedad y a los políticos de los primeros años de independencia, con un régimen de partido único comunista, y teniendo como protagonista al poeta que asciende a presidente de la República.
Dona Pura e os Camaradas de Abril (1999), As memórias de um espírito (2001), Cabo Verde – Viagem pela história das ilhas (2003), O mar na Lajinha (2004), Eva (2006), A morte do ouvidor (2010) y Do Monte Cara vê-se o mundo (2014) son algunas de sus obras más recientes.
La escritura teatral
La nueva escritura dramática está muy vinculada a la dinámica del Centro Cultural Português do Mindelo y a su director, entonces director artístico del Grupo de Teatro, João Branco, hijo de dos portugueses ligados al mundo del espectáculo en Portugal – la programadora teatral Isabel Alves Costa y el músico y cantante José Mário Branco. Vive en Cabo Verde desde hace más de 30 años.
João Branco (nacido en 1968) fundó el Grupo de Teatro del Centro Cultural Português en 1993 y, con su ejemplo y los cursos de iniciación dramática que llevó a cabo, contribuyó a dinamizar la actividad teatral en todo el país, reforzada con la fundación del Mindelact – Internacional de Teatro do Mindelo, en 1995.
A lo largo de los años, João Branco ha ido escenificando y teatralizando tanto poemas como cuentos y novelas de autores caboverdianos o clásicos de la literatura universal, especialmente de Victor Hugo, García Lorca, Shakespeare, Camus, Molière, Oscar Wilde, Beckett, San Francisco de Asís. En muchos de los casos no se trató de una adaptación dramatúrgica convencional, sino de una reescritura en lengua caboverdiana y de una adaptación al contexto cultural de la ciudad de Mindelo y del país.
Funda en 1997 la revista Mindelact – Teatro em Revista. En 2013 celebra su 50ª representación con Tempêstad, adaptación criolla de la pieza original The Tempest, de Shakespeare.
Partiendo de un desafío personal, Mário Lúcio Sousa empieza a escribir para teatro, convirtiéndose en el principal autor de este género literario en Cabo Verde.
João Branco es también es autor de las obras Dez Anos de Teatro (2003), sobre la acción del Grupo de Centro Cultural Português do Mindelo, de la obra monográfica Nação Teatro – A História do Teatro em Cabo Verde (2004) y Crónicas Desaforadas (2015). Trabaja desde hace varios años en una novela y publicó el cuento “O Homem Brilhante” en Tchuba na Desert – Antologia do conto inédito caboverdiano (2004).
Los que partieron
La primera década y media del siglo vio desaparecer a cinco de las grandes figuras de la literatura caboverdiana.
Manuel Lopes (1907 – 2005) fue novelista, poeta y ensayista, uno de los fundadores de la moderna literatura caboverdiana. Con Baltasar Lopes da Silva y Jorge Barbosa, fue responsable de la creación de la revista Claridade. Murió en Lisboa.
Es el autor de Chuva Braba (novela, 1956), O Galo que Cantou na Baía (cuentos, 1959) y Os Flagelados do Vento Leste (novela, 1959).
Horas Vagas (poesía, 1934), Poemas de Quem Ficou (poesía, 1949), Temas Cabo-verdianos (ensayos, 1950), Crioulo e Outros Poemas (poesía, 1964), As Personagens de Ficção e os seus Modelos (ensayo, 1971) y Falucho Ancorado (antología poética, 1997) son algunas de sus obras.
João Vário (1937-2007), poeta y novelista, falleció en la ciudad de Mindelo, a donde regresará después de jubilarse como profesor de la Universidad de Antuérpia, donde trabajaba en el campo de la neurociencia. João Manuel tenía como principal pseudónimo João Vário, pero también firmaba como Timóteo Tiofe y G. T. Didial.
Exemplos (poesía), en nueves volúmenes, que publicó entre 1966 y 1998, O Primeiro Livro de Notcha (poesía, 1975), Contos da Macaronésia (1992), Novos Contos da Macaronésia (1999) y O Estado Impenitente da Fragilidade (novela, 1989) sobresalen en su producción.
Participa en Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana como G. T. Didial, con un extracto de una obra épica, Sturiadas, que dejó inacabada y que había dispuesto para su publicación pocas semanas antes del accidente que acabó con su vida.
Mário Fonseca (1939-2009), poeta y ensayista, luchó por la independencia del país. Fue el primer presidente del ya mencionado IILP – Instituto Internacional da Língua Portuguesa.
En lo referente a la creación poética, optó por las lenguas portuguesa y francesa. De su producción forman parte Se a luz é para todos y O Mar e as Rosas, que fue consfiscado en Lisboa, en 1964, después del cierre forzado de la entonces Associação Portuguesa de Escritores, por parte de la policía política.
En lengua francesa es autor de los libros de poesía Près de la mer, Mon Pays est une Musique y Poissons.
Luís Romano (1922-2010), poeta, novelista y estudioso de la lengua caboverdiana, es el autor de una obra clave, Famintos (1962), que aborda el flagelo de la sequía y el hambre en los años 40 del siglo pasado. Falleció en Natal, Brasil.
A finales de los años 50 del siglo XX, adhirió los ideales de la independencia, llegando a formar parte del PAIGC – Partido Africano da Independência da Guiné e Cabo Verde. Perseguido por la PIDE, la policía política portuguesa, huye hacia Argel, París y se exilia a Brasil desde 1962 hasta su muerte.
Clima (poesía, 1963), Cabo Verde-Renascença de uma Civilização no Atlântico Médio (poesía y cuento, 1967), Negrume/Lzimparin (cuentos, 1973) e Ilha (cuentos, 1991) son algunos de sus títulos. La obra producida en Brasil, aún inédita, es prácticamente desconocida en Cabo Verde.
Corsino Fortes (1933-2015), licenciado en Derecho, fue escritor, político y diplomático. Fue el primer presidente de la Academia Cabo-Verdiana de Letras, fundada en 2013.
Es el autor de las obras Pão e Fonema (Sá da Costa Editora, 1974), Árvore e Tambor (Dom Quixote, 1986), y Pedras de Sol & Substância (Dom Quixote, 2001).
Su producción poética ha sido reunida bajo el título A Cabeça Calva de Deus (2001, Dom Quixote, Lisboa), con un epílogo de la profesora universitaria Ana Mafalda Leite, que lleva por título “Uma trilogia épica fundacional”.
Participa en Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana (2008), con la que será una de sus últimas publicaciones, el poema largo “Olhos da Ilha Que o Arquipélago Amou – (Segundo a paixão de Oswaldo Osório)”.
Falleció pocos días antes del lanzamiento de su nueva obra, Sinos de Silêncio – Canções e Haikais (Rosa de Porcelana, 2015). En junio de 2015, fue distinguido por la Academia Cabo-Verdiana de Letras con el Grande Prémio Literário Vida e Obra, con motivo del 40º aniversario de la independencia de Cabo Verde.
Los escritores-políticos, los políticos escritores
Esta relación es una constante en la historia reciente de Cabo Verde.
Ya Amílcar Cabral, líder independentista de Guinea y Cabo Verde, había publicado algunos poemas.
El actual presidente de la República de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca (nacido en 1950), tiene dos libros de poesía, O silêncio acusado de alta traição e de incitamento ao mau hálito geral (1995) y Porcos em Delírio (1998).
De su autoría se encuentran poemas y ensayos dispersos por obras colectivas, periódicos y revistas. Está vinculado a las publicaciones culturales más relevantes posteriores a la independencia.
En Portugal, aparecen antologías, principalmente en Na Liberdade (2004) y Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana (2008). Su escritura poética es influenciada por los principios surrealistas.
José Maria Neves (nacido en 1960), actual primer ministro, se dio a conocer públicamente como poeta después de integrar Destino de bai – Antologia de poesia inédita cabo-verdiana.
En el actual gobierno caboverdiano, Jorge Tolentino, ministro de Relaciones Exteriores, ha publicado poesía, en ocasiones bajo el pseudónimo de Moninfeudo, y Mário Lúcio Sousa, ministro de Cultura, es uno de los escritores más destacados de la actualidad.
El antiguo primer ministro Gualberto do Rosário cuenta con tres novelas publicadas.
Varios antiguos ministros han escrito y publicado obras de ficción y poesía, particularmente David Hopffer Almada, Manuel Veiga, Vera Duarte y Ondina Ferreira, todos ellos con asiento en la Academia Cabo-Verdiana de Letras.
David Hopffer Almada (nacido en 1945), también con el pseudónimo Dhalma, se estrenó en 2015 como novelista con Papa Por Uma Noite. Es también el autor de Canto a Cabo Verde (poesía), Cabo-verdianidade e Tropicalismo (ensayo), A Questão Presidencial em Cabo Verde – Uma Questão de Regime (ensayo); Vivências (poesía), Pela Cultura e pela Identidade – Em Defesa da Cabo-Verdianidade (ensayo), Cabo Verde de Esperança (poesía).
Aristides Raimundo Lima (1955), que abandonó sus funciones como presidente de la Asamblea Nacional en 2011 para presentar su candidatura a la presidencia de la República, ha publicado poemas bajo los pseudónimos de Marino Verdeano y Marino Verdeano Raimundo.
El antiguo ministro de Cultura e Información, Leão Lopes, actual diputado de la Nación, es autor de diversas obras de ensayo y de literatura infantil-juvenil.
El antiguo ministro y embajador Corsino Fortes es considerado el gran épico caboverdiano.
Arnaldo França (1925-2015), poeta, escritor, ensayista e investigador, ministro de Finanzas en los años 80, llevó a cabo un gran trabajo de investigación que ayudó a rescatar y valorar a escritores más antiguos como Guilherme Dantas, Januário Leite o Luís Loff de Vasconcellos.
Publicó Notas sobre poesia e ficção cabo-verdianas (1962). Sus amigos, hombres de letras, afirman que su postura discreta no le permitió revelarse como el gran poeta que es, al dejar su producción inédita.
Aparte de ministro, ocupó varios otros cargos en el país, como director general de las Aduanas y secretario del Estado de las Finanzas.
Notas finales
Cabo Verde es singular en el contexto de los PALOP – Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa. Es una nación criolla, fruto del cruce de las culturas y de los genes africanos y europeos. La conciencia de una identidad, fruto de esas herencias, y de la temprana construcción propia forma parte de las intervenciones de las élites intelectuales.
El Seminário Liceu de São Nicolau es creado en 1866, y durante décadas forma al clero y a los hombres de letras del archipiélago, perdiendo gradualmente el monopolio con el surgimiento de liceos en otras islas.
El esfuerzo de generaciones de nacidos en las islas caboverdianas hizo surgir hombres de letras de la talla de Eugénio Tavares, Baltazar Lopes da Silva, Manuel Lopes, Jorges Barbosa o António Gonçalves, algunos de los cuales apropiados por la historia de la literatura portuguesa, y otros olvidados, solo descubiertos por el esfuerzo notable de algunos investigadores en el periodo posterior a la independencia, a partir de 1975. Solo para citar algunos, Arnaldo França, recientemente fallecido, o José Hopffer Almada, que ayudaron a rescatar la identidad literaria de la cabo-verdianidade.
La creación de la Universidade Pública de Cabo Verde, ya en este siglo, supone la aparición de jóvenes investigadores, la consolidación de estructuras como la Associação de Escritores Cabo-Verdianos, el Instituto do Biblioteca Nacional e do Livro y las más recientes Academia Cabo-Verdiana de Letras y Sociedade Cabo-Verdiana de Autores que dejan entrever una afirmación externa más acorde con la riqueza distintiva de su literatura.
La escasez de recursos financieros del país se vio reflejada en el proceso editorial, que en la primera década después de la independencia, a través del Instituto Cabo-Verdiano do Livro e do Disco y de juegos florales lanzados a propósito de efemérides. La nueva literatura, de calidad, se servía de los suplementos literarios que iban surgiendo en los periódicos generalistas y de algunas revistas culturales de periodicidad irregular (Raízes, Ponto & Vírgula, Fragmentos, Pré-textos, etc).
Manuel Brito Semedo, en un artículo publicado en la edición especial de la revista Kultura, de septiembre de 2001, alude al hecho de que en la primera década de independencia (1975-1985) fueron publicados 32 títulos, casi exclusivamente de autores consagrados y, en gran parte, reediciones de obras agotadas desde hacía tiempo. Esa media de tres libros al año camuflaba una escasez más acentuada, dado que 1984 había sido excepcional con una decena de obras editadas.
En la década siguiente, de 1986 a 1995, según el mismo autor, se produce un incremento editorial considerable, con más de 80 obras, fruto de la aparición de pequeñas editoriales privadas, de la iniciativa de grupos de escritores que, con ediciones apoyadas por los autores o patrocinadas por empresas públicas, se iban abriendo camino.
Los costes de impresión son elevados, las tiradas son reducidas, no existen canales de distribución, la circulación es difícil en un país territorialmente discontinuo y con una población reducida, de cerca de 500 mil habitantes, de bajos recursos. Una edición tarda años en agotarse.
Si en las últimas décadas del siglo XX, los jóvenes autores con talento encontraban un lugar en los suplementos literarios de periódicos o en revistas, hoy se utilizan más los blogs y las redes sociales, al acecho de una oportunidad de publicar en formato libro o de recibir una invitación para formar parte de una antología.
Pero este fenómeno también es palpable en autores ya consagrados. Corsino Fortes, un referente de la poesía en lengua portuguesa, fallecido en julio de 2015, tenía listo el lanzamiento de una obra con poemas que ya había divulgado a través de su página de Facebook. Había publicado su última obra en 2001, un conjunto de creaciones poéticas bajo el título de A Cabeça Calva de Deus, con el sello de la editorial portuguesa Publicações Dom Quixote.
Las revistas culturales prácticamente desaparecieron, a excepción de Pré-textos, propriedad de la Associação Cabo-Verdiana de Escritores. Fundada en 1992, va reapareciendo de vez en cuando sin una regularidad precisa.
Fundado en 1990, Artiletra, periódico/revista de educación, ciencia y cultura, con una periodicidad bimestral no regular, persiste, gracias al estoicismo de su directora, Larissa Rodrigues, y del poeta Valentinous Velhinho, en la difusión de la actividad cultural, de los nuevos autores y de los olvidados.
Tal y como apunta Brito Semedo en el artículo supra, la ciudad de Lisboa continua siendo el centro difusor de la cultura de los PALOP. Una realidad que no sufre alteraciones significativas, fruto de la existencia de una vasta comunidad africana lusófona y de su importancia como ciudad de paso para artistas de esos países.
Al igual que entonces, hoy en día sigue sin tener lugar una auténtica circulación de bienes literarios que partan de Cabo Verde. La mirada poco atenta de los editores portugueses sobre la creación caboverdiana no se vio alterada y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) tampoco consiguió cumplir su parte de labor.
El Instituto Camões, de Portugal, asociado con la representación diplomática en esos países, más preocupado en dar a conocer a los portugueses a través de ferias del libro, tampoco se mostró interesado en el intercambio.
Desde la perspectiva editorial, reducida aunque relevante en en estos países -en Cabo Verde se llegaron a publicar las obras iniciales de Arménio Vieira y Germano Almeida- la actividad casi se limita a promover su divulgación interna, en una intervención idéntica a la de una pequeña editorial local.
Los premios literarios otorgados en Portugal a caboverdianos, que normalmente conllevan el pago de los costes de la edición, y las tesis doctorales en universidades portuguesas de jóvenes candidatos a la docencia universitaria en Cabo Verde, ayudarán a crear una nueva mirada externa hacia su literatura y a aumentar las ediciones fuera del país.
Sin embargo, un mayor conocimiento de la literatura caboverdiana no supondrá una correspondiente difusión, que precisa de una apuesta del mercado librero a través de ediciones, de traducciones, de circulación de autores y obras.
La elección de la lengua portuguesa en la escritura, que es el modo más directo de penetrar en el espacio de la lusofonía, carece de poder político-económico para ganar expresión en el mercado del libro.
La CPLP no ha sido capaz o no ha tenido interés en promover el conocimiento de la literatura caboverdiana. Cabo Verde es un país de escasos recursos financieros, un mercado de 500 mil ciudadanos únicamente, reconocido en el exterior por su buen gobierno, su democracia, el respeto de los derechos humanos, los indicadores de desarrollo.
El ministerio de Cultura de Cabo Verde, y sus estructuras vinculadas al libro, no disponen, sin embargo, de medios económicos para promover este bien externamente. Faltan recursos para poder participar en las ferias internacionales del libro y para financiar traducciones.
Sus parcos medios no son suficientes para apoyar las ediciones en el país, ni para rescatar del olvido a autores esenciales cuyas obras hace mucho que se encuentran agotadas, lo cual resulta imprescindible para continuar el proceso de rescate de su identidad nacional.
¿Conseguirá la literatura caboverdiana imponerse por su reconocida calidad y por la capacidad de generar buenos escritores? Aquello que la hace rica y singular podrá traducirse en un impedimento. ¿Escribir en un portugués no canónico, la riqueza léxica con contagios de la lengua nativa, la utilización de elementos culturales muy propios, la intertextualidad, la belleza estética del texto serán argumentos para romper la “prisión” insular o características que conducen a su marginación?
En 1974, ya en la fase de preparación de la independencia de Cabo Verde, que se concreta el 5 de julio de 1974, João Manuel Varela, dando voz a su pseudónimo literário T.T. Tiofe, en uno de los intervalos de sus quehaceres de neurocientífico, enviaba de Amberes una carta abierta que planteaba cuestiones sobre el futuro de la literatura.
En un extracto de la ya citada revista Kultura (nº 3), Timótio Tio Tiofe decía: “Parece que el escritor caboverdiano será la gran víctima o el gran beneficiario de la independencia. Hasta ahora los pocos libros que escribía eran, en su mayoría, publicados por editoriales portuguesas que se interesaban en la ‘cosa’ caboverdiana”. Y añadía que saldrían beneficiados si la nueva república consiguiera crear las estructuras necesarias para la valoración del libro impreso.
La república, que ahora se acerca a la media edad, procuró responder con dedicación a ese desafío interno, pero ¿el desafío externo, bajo la lógica desvirtuada del llamado mundo globalizado, qué países y qué literaturas consiguen ganarlo?
El poeta Corsino Fortes, en un encuentro de escritores en mayo de 2014, en Brasil, sintetizaba así el irresoluble aislamiento: “tenemos un gobierno que está muy interesado, aunque, sin duda alguna, Vera [Duarte] y yo, ella como ministra de Educación y yo como ministro de Justicia, conocemos las grandes dificultades de Cabo Verde”.
Lo más probable es que la literatura caboverdiana continúe en su redoma insular, acaso cada vez más traslúcida, mientras los más curiosos tratan de fijar la mirada en ella para conseguir disfrutar de la belleza de su exotismo y de sus imágenes singulares.
Traducción de Daniel Armas Núñez
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Daniel Armas Núñez
Nacido en la isla de São Vicente, Tchalê Figueira (1953) es una de las figuras literarias y artísticas que sobresale en el actual panorama creativo de Cabo Verde.
Como artista ha participado en exposiciones en Lisboa, Amsterdam, , Frankfurt, Viena, en La Habana o Boston, y en numerosas ciudades africanas. Como poeta y narrador ha publicado Todos os naufragios do mundo (1992), Onde os sentimentos se encontram (1998), O azul e a luz (2002), Solitário (2005), Ptolomeu e a sua viagem de circum-navegação (2005), Contos de Basileia (2011), A viagem (2012), A India que procuramos (2012).
Tchalê Figueira partió de Cabo Verde en 1970, cuando todavía el archipiélago era colonia portuguesa. No quiso servir al ejército salazarista. Vivió a partir de entonces en diversos lugares de Europa, pero sobre todo en Suiza.
En los Contos de Basilea asoman vivencias que son compartidas por la diáspora caboverdiana; también por exiliados peruanos, turcos, brasileños, colombianos o nigerianos, por aquellos que, inmersos en las luchas antimperialistas y en las utopías de la época, sobrevivían en la ciudad suiza. En los cuentos se advierte el tono coloquial y directo de un escritor que se mueve con facilidad entre diversos idiomas y que, si lee a Allen Ginsberg y a la generación Beats, con similar libertad transita por los libros de Cortázar, Fuentes o Borges.
Tchalê Figueira escribe como pinta: con suma libertad. Puede ir de una referencia a otra, de una experiencia a otra, pero todo tiene que ver con una afirmación vitalista en la que los deseos, el erotismo y la realidad se relacionan y recrean sin traba alguna. Es la libertad que descubre asimismo entre los músicos de blues y jazz, en Gil Evans, en Miles Davis; o en Cesária Évora, la cantante que vivía, cuando regresaba de París, no muy lejos de su estudio en Mindelo. Es la actitud que advierte en la pintura que halla en Nueva York, la que aprecia en los lienzos de Jackson Pollock, Franz Kline o Clyfford Still.
Después de su regreso a São Vicente en 1980, Tchalê Figueira desarrolla una obra que contribuye de manera decisiva a la afirmación de una literatura y un arte caboverdianos absolutamente contemporáneos. Comprometido con su país, su mundo de referencias y su experiencia estética contribuyen a ver la cultura internacional desde una perspectiva que aleja de sí la idea de periferias y de núcleos centrales de creación. Con Figueira sabemos que los centros de creación pueden estar en Basilea, en Mindelo, o en cualquier otro lugar. Desde Río de Janeiro Ricardo Riso hablaba de la “travessia das páginas” de Tchalê Figueira, de “uma escritura despretensiosa” que expresaba las vivencias de un insular caboverdiano.
Tchalê Figueira
Pensando en Rita a la que no volví a ver después de nuestra separación litigiosa oigo sonar el teléfono y desde la cama con una de mis manos levanto el aparato del suelo agarro el auricular y con malos modos contesto gritando _ “¡¡¡Aló!!!” y del otro lado escucho una voz eufórica _ “Hermano ¡Soy yo! … ¡Cloe tu hermana! … Cabo Verde conquistó hoy su independencia después de casi quinientos años de dominio portugués hermano y al fin somos una tierra libre hermano y vamos a celebrarlo con una feijoada aquí en casa por la noche y después iremos todos a bailar al hotel Basel cerca de la estación de trenes hermano todo el mundo está eufórico nuestros compatriotas organizaron esta fiesta y ¡va a estar movida! Es un momento único” “¡No sé hermana! ¡No tengo ganas de celebrar lo que sea eso!”. Alterando la voz con autoridad suelta esta: _ “¡Ya sé!… es por Rita ¿no?… Olvida a esa tía muchacho. Olvida a esa tipa que te metió en tantos líos y que tuvo la cara dura de llamar a la policía para que te arrestaran…” _ “Está bien hermana ¡Iré a tu casa!” Cuelgo el teléfono. Arrastrando los pies en unas pantuflas made in India deambulo hacia la cocina donde llego milagrosamente con las piernas temblando y agarro con manos temblorosas la botella de un repugnante ron de Martinica y me trago el mata-diablo que Dios me perdone pero oh Dios mío de veras que es el diablo mismo esa bebida que si la comparamos con nuestro trago de nuestro Santo Antão ni en sueños le llega a los talones. Boca a boca yo y la botella sorbo tres tristes tragos bien sabrosos y vuelvo a la cama a dormir.
Me levanto sobre las siete de la noche y después de una ducha que recompone desde el fondo del alma salgo del apartamento y voy hasta la estación de Claraplatz donde cojo el número tres que me deja en los alrededores de la casa de Cloe. Ella vive cerca de un cementerio con cipreses imperiales y una bonita alfombra de césped y ¡es curioso!… siempre que veo este lugar me dan unas ganas infernales de morir y quedarme allí eternamente durmiendo. El sitio me transmite toda la serenidad y la paz que en estos días tanto me faltan.
Salgo del autobús y me adentro en una bella noche de fuego y calor. Camino mirando las tumbas y una felicidad interior casi trascendental me envuelve de paso.
Atravieso la calle paralela a la necrópolis y avisto la casa de mi hermana al fondo de la vía. Desciendo el sendero con pasos animados llego a la pesada puerta castaña que huele a barniz toco el timbre segundos después oigo el ruido clásico de cerradura anfitriona y empujo la puerta salto de dos en dos los escalones de mármol y enseguida estoy ahí en la cima donde soy calurosamente acogido…
Cae un buen trago con mi cuñado Frank y bien sentados en el sillón de la amplia sala con copias de Picasso y Kandinsky charlamos sobre varios aspectos de la independencia de Cabo Verde mientras Cloe como siempre en medio de una agitación ruidosa de cucharas calderos y platos prepara en la cocina la fabulosa feijoada criolla. Una hora después nos avisa de que la comida está lista y como por arte de magia un intenso olor a condimentos exóticos millo carne de cerdo judías y chorizo me transportan a mi infancia en las islas y echo de menos mi tierra.
Con bellos recuerdos alegría conversación agradable bebemos distintos vinos que Frank va a buscar a la bodega y felices con el memorable acontecimiento alzamos nuestros vasos varias veces brindando por nuestra independencia.
“Voy a sacar el coche del garaje y… por favor estén listos dentro de diez minutos” _ dice Frank bajando las escaleras que van a dar al garaje. Protestando desde el cuarto Cloe reprocha a Frank que diez minutos no basta… _ “¡Veinte minutos Frank! Necesito más tiempo para vestirme…”
De camino en el viejo BMW que mi cuñado conduce cautelosamente por la pacífica ciudad de Basilea me doy cuenta de una paradoja bastante curiosa pues el olor característico del alquitrán quemado en mi nariz me alegra como de milagro como de milagro en esta noche fantástica de verano primer día de independencia de la República de Cabo Verde. ¡Mira tú por dónde! Lo que ayer me daba náuseas hoy me regocija.
Aparcamos el coche en un parking gris mal iluminado después subimos por una imponente escalera con olor a cera fresca y llegamos al primer piso del local de la fiesta. En un ambiente de alegría desbordante sala decorada con una enorme bandera del Partido Africano de la Independencia de Guinea y Cabo Verde PAIGC una veintena de caboverdianos eufóricos le dedican vivas a Cabo Verde y a Guinea Bissau mientras bailan en trance una Coladeira que hace días que no oía y que ahora hace ondular alegremente la atmósfera. Fijándome en un lado de la sala veo a unos suizos que mi hermana conoce y me dice que son del Partido Comunista Suizo. Están bailando agarrados a las botellas de cerveza. _ “¡Pero Cloe!… ¿Para qué un partido comunista en Suiza donde todo el mundo vive bien?”. Dando una estruendosa carcajada Cloe salta a la pista para bailar con su marido Sangre de Verona cantada por Bana. Yo voy para la mesa a sentarme y a divertirme a costa de los torpes comunistas que de forma aparatosa deambulan con la cerveza al son de nuestra música alegre y sincopada.
Sobre las once y media la fiesta llega a su apoteosis y yo a mi límite de alcohol. Además con el entumecimiento del alcohol me siento sin ningunas ganas de hacer más celebraciones herido con la maldad de Rita sobre todo después de lo que me hizo con la perversa historia de los policías… Nunca más podré perdonar a aquella zorra hija de … ni sé qué. En una de estas giro costosamente la cabeza llena de cerveza y descubro a unas helvéticas absortas que enseguida me despertaron los sentidos y alejan milagrosamente con su jovial frescura y encanto mis aciagos pensamientos. Siento de repente que no es hoy cuando se acabará el mundo. Deben de haber llegado hace muy poco tiempo a la sala y no me di cuenta porque en ese momento andaba metido en conjeturas ridículas sobre el pasado. ¡Son guapas para morirse!… Simpatizo con la simplicidad informal de su ropa y poco a poco voy ganando valor y de repente estoy junto a una de ellas con mi alemán macarrónico: “¿Sabe señorita dónde está Cabo Verde?” _ “¡No! ¡No lo sé señor!… Entramos en la fiesta por la bella música que escuchamos al pasar por la calle. Nos encantó el ritmo… ¡y aquí estamos! ¿Le importa si yo y mis amigas bailamos” _“¡Están su casa señorita! Hoy es el primer día de independencia de Cabo Verde… Siéntase a gusto y las bebidas son cortesía de nuestra comunidad”. Ella dio las gracias y transmitió a las otras mis palabras y todas se levantaron eufóricas y… yo me quedo hipnotizado con la del pelo rojo que inesperadamente me puso a latir el corazón… ¡Caramba! Pensé que después de Rita ya no tendría ojos para las mujeres.
Las dos de la mañana y con la fiesta en pleno auge Armando Évora un mulato enorme de Boa Vista responsable de la música anuncia a través de un micrófono fañoso que desgraciadamente vamos a tener que parar la fiesta. La gerencia vino a avisar de que después de las dos la policía no tolera disturbios y si la casa no cumple sufrirá duras sanciones. Para terminar la fiesta Armando triunfalmente elige como último tema la linda y apacible Xandinha y como si estuviera hechizado y en un impulso de pasión voy a dar con la chica del pelo rojo y la invito a bailar. Acepta sin dudar me abraza me deja guiarla en el sentido de la melodía. Siento un pequeño escalofrío en la espina cuando sus brazos aprietan mi cuerpo mi corazón palpita y la bellísima canción desgraciadamente termina agarrada mi mano a la suya que parece toda de seda. Vamos los dos a sentarnos a la mesa con las amigas. Curiosas por saber sobre las islas empiezan a hacerme preguntas acerca de Cabo Verde y fue fácil darse cuenta de que son mujeres cultas. A la salida intercambiamos en trozos de servilleta nuestras direcciones y números de teléfono y con la preciosa Claudia de pelo rojo quedo para ir a comer otro día es decir al día siguiente. Trabaja en la Biblioteca Nacional dice que tiene algún rato libre en la hora de la pausa para el almuerzo. Está interesada en saber más cosas sobre las islas y yo digo para mis adentros que me gustaría conocer sus bonitos muslos.
Un festival de agua derramada por el famoso aguacero estival de la ciudad me sorprende en el trayecto entre ella y yo y nosotros juntos y llego todo ensopado a la biblioteca donde topo con una frenética coreografía de paraguas saliendo y entrando. Por un momento mis piernas vacilan y pienso en renunciar al encuentro… ¡pero no! Respirando hondo entro en la sala goteando como un panal y voy directo al lavabo a peinarme el pelo todo enmarañado y a intentar secarme la ropa como pueda. Un poco menos empapado y con un poco más de confianza voy con pasos largos al mostrador de información donde una señora de media edad atiende sonriente.
_ ¡Buenos días Fraulein!” _ “¡Buenos días caballero!” ¿En qué lo puedo ayudar?” _ “Deseo… deseo hablar con la señorita Claudia Muller”. _ “Un momentito señor.” Dio media vuelta coge un teléfono pegado a la pared y marca dos números. Habla brevemente en un dialecto suizo alemán con el otro lado de la línea y momentos después Claudia aparece sonriente por las escaleras. Lleva un ligero vestido rojo estampado con flores blancas y parece la belleza en persona. Boquiabierto con tanta hermosura escucho su bonita voz decir: _”¡Silva!… Tengo que colocar todavía algunos libros en los estantes y dentro de diez minutos estaré lista”. Me extiende su mano color porcelana y me dice: “Ten aquí un libro de su líder Amílcar Cabral mientras esperas por mí” _ “¡Pero qué agradable sorpresa Claudia!… Nunca había visto o leído un libro escrito por el héroe de nuestra Nación!”…
En un agradable restaurante justo al lado de la vieja Universidad y repleto de tiernos estudiantes y vetustos profesores buscamos una mesa y fíjate si tenemos suerte que conseguimos una para dos personas en la amplia terraza y con geranios rojo fuego. El fuerte chaparrón se había ido con el viento y ahora el sol parecía un enorme pájaro de brasas entre las ramas de un sauce. Claudia pide una ensalada fría con queso y salchichas y yo claro una ensalada verde con atún y judías blancas. Ella me sugiere que elija el vino le digo que no entiendo nada de vinos sonriendo ella llama al empleado y pide una botella de Egle blanco seco de la suiza francesa. Comemos lentamente y de manera entusiasta ella me habla de cosas que escucho con atención y admiración dado que son temas que no conozco. Adivina que estoy incómodo y sutilmente cambia de tema preguntándome sobre Cabo Verde. Pregunta sobre los quinientos años de ocupación portuguesa sobre la lucha de liberación el fascismo de Salazar… Corto la conversación y le cuento que emigré para escapar del ejército… Ella no para de hablar y me pierdo completamente cuando empieza a disertar con emoción sobre arte literatura y otras cosas complejas e imperceptibles para mi parca vida. Mi arrebatamiento es total y escucho con placer sus palabras y su linda voz de mujer. Pero el tiempo urge. Al fijarse en el reloj de la Universidad que acaba de sonar Claudia me pide disculpas con mucha pena pero tiene que volver al trabajo. Disputo y pago la comida y el vino y nos despedimos cordialmente en la puerta del restaurante con dos besos en la mejilla y un hasta luego extraño por ambas partes. Miro en lo profundo de sus ojos azules y presiento que como el mar brevemente estaremos juntos.
Hace tres días que almorcé con Claudia y la echo inmensamente de menos. Desesperado agarro el teléfono y llamo a la biblioteca. La voz deduzco que de la simpática señora de media edad anuncia: “¡Biblioteca de Basilea! ¡Buenos días! ¡¿Qué desea?!…” _ “¡Me llamo Silva señora y deseo hablar con la señorita Claudia Muller!” _ “¡Manténgase a la espera señor no cuelgue!”. Escucho algunos ruidos extraños en el aparato y poco después oigo: _ “¡Muller! ¡Sí!… ¡¿Qué desea?!” _ “¡Soy yo Silva!… ¡de Cabo verde! ¿Te acuerdas?” _ “¡Claro que me acuerdo!… ¡¿Qué tal?!” _ ¡Bien!… Oye Claudia hoy a las ocho van a transmitir un partido del campeonato europeo de fútbol en la televisión. Como no tengo tele quería preguntarte si tú tienes y si me permites ir a tu casa a verlo.” _ “¡OK Silva! Puedes venir a mi casa en la Jungstrasse 22. Tengo una televisión en blanco y negro pero no cuentes conmigo para que te haga compañía no entiendo nada de fútbol y además tengo que estudiar griego. Yo me quedaré en la cocina estudiando y tú en el salón viendo el partido. ¿De acuerdo?” _ “¡Sí! ¡Gracias!” Todo feliz cuelgo el teléfono… En realidad mi interés es doble. No es sólo el partido. También quiero verla.
Llego con un ramo de rosas y ella me recibe en su apartamento forrado de libros y cuadros y me invita a la cocina donde me ofrece una bebida griega llama Uso que sabe a pastis francés. Cuando se vacían las copas ella va a la sala a encender la televisión. Al regresar me avisa de que el partido está a punto de empezar y categórica me dice que va a estudiar y me despacha así literalmente para el salón. Durante toda la primera mitad del partido no consigo concentrarme en el Benfica-Liverpool de modo que en el descanso voy a la cocina con el pretexto de beber agua. Me indica dónde están los vasos sin desviar los ojos de los libros y se pone con el griego. Engullo el líquido sin ningún placer coloco el vaso y vuelvo cabizbajo para el salón donde siguen en publicidad…
El segundo tiempo tarda una eternidad y cuando suena el silbato siento un alivio himalayo. El Benfica perdió contra el Liverpool… ¡que se joda el Benfica panda de desgraciados! Entro en la cocina de soslayo como un gato y compruebo que ella ya dejó de estudiar y está sorbiendo la extraña bebida griega. Me invita a tomar asiento en un taburete me ofrece otro Uso y durante un rato hablamos de cosas superfluas. Instantes después mira el reloj de la pared y se levanta de la silla pidiendo disculpas y me dice que tiene que irse a dormir porque mañana tiene un día muy ocupado varias cosas que tratar etc.
Me conduce cortésmente hacia la puerta y se acerca para besarme en las mejillas… y pienso: “Esta es el momento… Si no es ahora ya puedes tirar la toalla.” Agarrando sus delicadas manos pego su cuerpo al mío y la beso con todo el candor del mundo… y perdidos por completo en el tiempo y en el espacio hacemos el amor de manera ansiosa y dócil. Todo se desvanece a nuestro alrededor… De vuelta a la realidad… nuestros cuerpos calientes cama enorme olor a sexo.
Se echa feliz sobre mi pecho y después de un largo silencio empieza a hablar de esto y aquello vagamente. En un momento de resignación afirmo que no me gusta el jazz y ah entonces ella separa su cuerpo del mío se levanta sin mediar palabra y va hacia el estéreo a por un disco que elige de entre muchos otros que cubren una de las paredes del cuarto. Pone el vinilo a girar y hace un ligero ruido de palomitas en el caldero para decir: _ “¡Esta es la canción Silva!… Escúchala con atención y luego comentas”. Cierro el pico y me centro totalmente en la armonía y en el momento en que siento una trompeta que me pasa por la piel y me estremece le pregunto: _ “¡Dios mío! ¿Quién es ese trompetista?” _ “Miles Davis. El disco se llama Sketches of Spain y los arreglos son de Gil Evans” _ “Pero… ¡es maravillosa Claudia! Nunca pensé que fuese tan cercano a mí… y yo estoy ahora tan locamente cerca de ti. Reaccionando a mi declaración de amor Claudia me tapa la boca y me pide que escuche atentamente pero esta vez lo que ella tiene que decirme… Y me cuenta que tiene un novio arquitecto que está en Nueva York trabajando… y con quien lleva muchos años de relación. Que probablemente él volverá dentro de dos semanas y que tendrán que hablar sobre la situación porque hace mucho que la relación entre los dos se fue al traste y concluye con que yo tengo que darle tiempo hasta que ella aclare la situación con el arquitecto.
Sin pegar ojo toda la noche escuchando jazz y haciendo el amor nos levantamos por la mañana alegres y con las piernas temblando como gorrioncitos de tal manera que solo el agua fría de la ducha nos aviva. Atrasada y sin tiempo para el café matinal bajamos las escaleras del edificio y vemos cómo nuestros caminos se bifurcaban en una de las muchas calles de Basilea. Días después sin esperanzas de volver a verla y con una resaca tremenda y un desánimo atroz de repente suena el teléfono contesto y es Claudia diciéndome que no dejaba de pensar en mí y me invita a pasear en bicicleta hasta Alsacia. Digo que sí cuelgo el teléfono voy a coger mi bicicleta al sótano y salgo del apartamento como un forajido.
Poesía pura y paseíto. Nos bebemos dos botellas de Elzwiker en un pequeño restaurante de pueblo y cansados de tanto pedalear por aldeas con extraños nombres alemanes nos tumbamos exhaustos a la sombra de un árbol a dormir. Nos despertamos bienaventurados y volvemos a Suiza a tiempo de asistir enamorados a una magnífica puesta de sol por la zona de Belfort creo.
En Basilea en una calle que apenas conozco Claudia baja de la bicicleta y aparca el vehículo junto a la pared de una vieja casa con puerta y ventanas pintadas de azul prusia: _ “Esta es la casa de mi hermana que se fue de vacaciones a Creta y vuelve dentro de unos meses. Entra Silva…”
La noche fue solo de amor en la casa encantada. Por la mañana Claudia me despierta y me entrega la llave del apartamento diciendo: _”Quiero encontrarte aquí todos los días en mis pausas del mediodía. Quiero estar contigo al menos una hora todos los días. No soporto vivir un día sin ti pero no quiero arriesgarme a que mi novio llegue un día de estos y nos encuentre allí en la cama de casa. _ “¡Puedes estar tranquila Claudia querida! Aquí estaré puntualmente tous les midis como un reloj suizo.
Todos los días a la misma hora entra Claudia acalorada quitándose la ropa en el pasillo para ir al cuarto y encontrarme en la cama desnudo y siempre con la bandera izada. Son semanas de sexo intensidad éxtasis frenesí de locura pero todas las veces después de la consumación del acto entramos en un estado de melancolía otoñal. Sabemos que en cualquier momento el otro puede llegar y eso nos pone tristes… sabemos… sabemos que él ya llegó. Claudia completamente destrozada me llama diciendo que por nada del mundo consigue acostarse con el novio pero tampoco puede ir a acostarse conmigo que tengo que ser paciente y esperar. Dice que le va a explicar todo al arquitecto y que pronto estará en mis brazos.
Estuve yendo semanas seguidas a la biblioteca con la esperanza de ver a Claudia y pedir libros que nunca leo pero de ella ni ruido ni sombra. Sé que la espera es amarga como dijo un desesperado pero si ella vuelve todo vuelve a ser fiesta todo tiene su momento en esta vida. He de esperar sin dudar ni un segundo. Pienso así filosóficamente para disimular mis plegarias.
En mi cuarto náufrago en tristeza yazco en el sofá lloro mi infortunio y el teléfono medio ebrio me pareció que sonaba… sonaba… mis sentidos me apuran. Salto contento me tiemblan las manos contesto irradiando toda la alegría del mundo… “Hola soy Rita”. La ramera de Rita tendría que decir. La apenada surge de la nada llorando y suplicándome perdón. Pero encuentra al samaritano indicado. Rujo como un león: _ “¡Hace mucho que no existe nada entre nosotros Rita! Vete al infierno. Que te den mala pécora.” Le cuelgo el teléfono en la cara y voy al sofá a abrazarme a mi fiel compañera la botella de Ron de Martinica que confieso joder que nunca me supo tan fiel diablo.
Traducción de Daniel Armas Núñez