Puede ser que algunos lectores arruguen la frente y pregunten: “¿Por qué otra vez Rafael Arozarena y no un autor más moderno?” – En aquel tiempo, a principios del nuevo milenio, cuando la traducción al alemán de Cerveza de grano rojo fue terminada – y hay que decir que me había reclamado un montón de tiempo y había puesto a prueba mi paciencia – entonces bien se habría podido imaginar que estuve harta de tanto jaleo. ¡Pero todo lo contrario! Ahora quince años después he vuelto, o mejor dicho continúo mis reflexiones sobre esta obra tan rica en facetas que algunos lectores no se atreven a abordar la lectura. No tienen razón, algo les escapa.
Esta vez quiero presentar a Rafael Arozarena como isleño cosmopolita apoyándome en escenas de la novela. Antes de sumergirnos en el texto es consejable leer la introducción del autor, una clase de indicador de cómo leer:
El orden cronológico de la Historia se convierte en la anécdota más superficial de la misma. Anécdota para andar por casa, por el mundo lógico que siempre conduce al hombre por los senderos más grises y desanimados. Mejor pensar en otra cosa. Que mi cerebro es la caja continente de todo objeto conocido por mí, desde el principio al fin, y que ahí están profusos y en desorden, vivos, frescos y con su color tiempos, figuras y reacciones como los peces en la cesta de la pesca más reciente (p. 33).
Vamos a ver de más cerca los peces que brillan en la cesta . Nos vemos confrontados con una multitud de nombres propios, algunos españoles, la mayoría extranjeros. Vienen de Egipcia, del Libro de los muertos, de América, de Italia y Grecia, de Francia, Inglaterra y Germania (sic), pues los personajes de estos países forman un inventario que es multicultural. Son nombres como Nut, como Rodolfo Valentino, Michelangelo, Nietzsche, Gabriele d’Annunzio, Giorgio de Chirico, Tomás Morales, Jan Vermeer, García Lorca, Max Ernst, Walt Whitman, James Joyce y otros. Unos de ellos son literatos, otros pintores o escultores, hay también gente sencilla, en total una sociedad variada, pero todos con intereses artísticos. Estas personas actúan de manera directa en el transcurso de la novela o sirven más bien de adorno. Ya a la primera vista este conjunto de nombres y países remiten a una orientación que va más allá de las fronteras naturales del escritor, y con esto ya uno de los indicios típicos de un cosmopolita. Lo contrario sería la idea de Unamuno de una isla como lugar cerrado, idéntico al ‘a-isla-miento’.
Serán necesarios algunos excursos para precisar el tiempo y la geografía en los que está ubicada la novela aunque el término precisar no conviene en el sentido concreto de la palabra considerando la cita de arriba. A veces es sólo el entorno textual que permite una localización temporal. Con referencia al tiempo histórico se puede nombrar la época de la postguerra, se menciona también la primera Guerra mundial y a Hitler. Con referencia al tiempo narrativo se ve pronto que no es el del lector, los relojes no sirven. Tampoco sirve la idea de una realidad corriente. A veces hay un solo paso que la separa del sueño, del mundo onírico. Para llegar allí se ofrecen los alucinógenos o el alcohol que tiene nombres agradables como vino, ginebra o whisky – No está olvidada la gran Exposición del Surrealismo en Santa Cruz en 1936 (Cerveza de grano rojo apareció en España en 1984) cuyos marcos se pueden perseguir todavía hoy en el TEA en la figura de Óscar Domínguez y en la novela en muchas partes. – El texto no sigue un curso recto, no va de A a Z sino se compone de muchos episodios con múltiples ramificaciones que a veces no se dejan entrelazar a primera vista (véase el prólogo de Manuel Torres Stinga). Esto también puede servir de metáfora por la búsqueda de nuevos horizontes la que puede desembocar en un camino con desvíos fascinantes, seductores.
No obstante hay un punto fijo, Tenerife. La isla es el fondo, real e irreal, y en detalle Santa Cruz, La Laguna e Igueste de San Andrés aunque los lugares no aparecen citados directamente, pero el experto sabe reconocerlos. San Andrés pertenece con Playa Sonora al ambiente rural, la capital, claro está, lleva carácter urbano. Un urbanismo que no está dotado de cualidades de una modernidad simpática, cómoda, sino que refleja una estética de lo feo, como dice Manuel Torres Stinga. Esta estética diferente es algo nuevo en los autores de la isla.
Ahora es tiempo para presentar a algunos de los personajes, primero a unos tinerfeños. A ver lo que ellos contribuyen a la idea del cosmopolitismo. – En primer lugar a dos personas que llevan un papel esencial en la novela, a Rafael Arozarena e Isaac de Vega, los fundadores del grupo FETASA. Están representados como el joven narrador y observador Rafael y su amigo Isaac, el filósofo severo, los dos unidos por el amor a la literatura, tanto en la ficción como en la realidad. El Rafael de la novela, él también poeta como el escritor, vive en extrema pobreza, en una miserable buhardilla entre sueños y realidad. La cita siguiente caracteriza su manera de vivir:
No me interesa el azúcar. Nunca me ha interesado. La vida ya es bastante dulce, aun en las situaciones más precarias. El azúcar es necesario para aquellas personas … que dependen del problema hamletiano y lo vulgarizan con el verbo to have (p. 180).
Él anhela otra cosa: los versos de su gran ídolo, García Lorca. En la época de la postguerra sus libros están defendidos y es peligroso leerlo. – Aquí en la buhardilla el autor, en la figura de su gemelo ficticio, ya empieza a inclinarse hacia el cosmopolitismo: el joven rebelde pasa las fronteras entre él y la burguesía que tiene otros ideales, riquezas más concretas. Como su amigo Rafael, Isaac también está en contra de una sociedad con ideales baratos:
…que convierten al hombre en un animal de costumbres. Gestos ordenados,
preciso, dictados por un cerebro esférico, sin asperezas, una masa gelatinosa de la que sólo puede oírse el cloqueo debilitado del agua mansa, de líquido estancado. A diario las ideas recorren las mismas anfractuosidades llevadas por una corriente penosa y vulgar. Es el sometimiento, el miedo, el cansancio: es el producto de la postguerra. … Las metas se fijan: pan, dinero y paz. Tres ideales de corrupción para el espíritu del hombre (p. 239).
Los dos amigos pertenecen a un grupo de jóvenes artistas, intelectuales, rebeldes, que buscan un valor que dura, una creación para la eternidad. Buscan la perfección, la línea perfecta modelada en mármol o la belleza en la pintura o poesía. Nunca jamás remontar el vuelo (p. 176), ya no poder realizar sus ideas, sería para ellos una idea insoportable. Con estos sueños van a ser individuos suspectos a la sociedad y perseguidos por la política.
El día de la Virgen del Carmen organizan una fiesta desenfrenada en que el vino es un estímulo considerable. La fiesta tiene lugar en la playa sonora, es su playa, no la de los buenos ciudadanos. Aquí huyen de la estrechez mental de sus alrededores transformándose en dioses de la mitología egipcia. Como tales son capaces de superar lugares y tiempos. A primera vista sorprende la aproximación a esta cultura tan lejana. En realidad existen lazos antiguos: las pirámides y las momias, véanse las pirámides de Güímar y las momias de los guanches. La cultura egipcia fue además, según el informe de Rafael Arozarena, un tema de discusión frecuente entre los amigos. Por eso es comprensible que unos jóvenes intelectuales de la postguerra dirijan su interés hacia esta cultura lejana que es al mismo tiempo para ellos un lugar perfecto de evasión y ofrece la posibilidad de crítica ante la rigidez de la época de Franco. Así adoptan los nombres de sus dioses. Rafael es ahora Ra, Isaac Issatus, etc.
Nati, la hija del pescador Jacobo, se vuelve Nut; en la mitología egipcia es el nombre de la reina de los cielos y como ésta muchas veces acompañada de estrellas – de una vida más modesta a las alturas del cielo. Un movimiento extremo, hacia arriba, a un estado mejor, estando el movimiento liado de manera estrecha a la idea del cosmopolitismo. – Nut es el nucleo del grupo. Su belleza los atrae a todos, sobre todo al escultor genial N. Wennofer N. alias Nicolas Náher. Su ídolo es Nut cuya belleza quiere eternizar en mármol. Nicolás Naher es también escritor y por sus ideas rebeldes provoca a los fascistas y así se da que un día se apoderan de él. Es la noche de San Juan y crepitando las hogueras no se oirá el tiro con que acaban con su vida después de hacer avanzarle en el mar hasta ahogarse. Frente a la muerte recita versos del Libro de los muertos: Así viva de pan de cebada blanca y de cerveza de grano rojo… (p. 254). No espera el disparo de su asesina sino prefiere la libertad de designar él mismo el momento de su muerte – y abrió la boca para beber (ibidem).
Nerita, una chica joven del grupo, aparece en una misión delicada: Va a la ciudad para vender drogas sabiendo que se pone en peligro con este negocio prohibido. Se trata de las hierbas que cultiva el viejo pescador Jacobo en los jardines secretos de Playa Sonora. N.Wennofer N. y también su hijo Horus necesitan el dinero para poder realizar sus obras de arte en mármol. – Fronteras abiertas no sólo tienen aspectos positivos, abren la puerta también a malas – ¿o buenas? – influencias. Un extranjero egipcio trajo las hierbas a la isla y desde entonces florecen allí los sueños de la evasión.
Estas personas de Playa Sonora están relacionadas de alguna manera con la ciudad. Su aspecto sorprende. Las casas llevan el marco de lo feo, sea que las viviendas choquen por su aspecto miserable, sea que el olor provoque asco:
Ascendió por la escalera estrecha y llena de pringue. Una suciedad aceitosa
ensordecía sus pasos. Los peldaños gastados en sus bordes tenían la calidad
del corcho. Issatus ascendía con las manos en los bolsillos, cuidando de no
rozar las paredes llenas de desconches y cucarachas cuyos élitros brillaban
con la luz rojiza de una bujía ya muy debilitada. (p. 153)
Se nota que el autor ha abandonado el entorno insular de antes. En la ciudad de arriba algunos artistas viven en una pobreza intencionada, como acto rebelde en contra de una burguesía satisfecha como descrito ya antes con referencia al joven poeta Rafael.
Echemos un vistazo a las ramificaciones de la novela. Muchos episodios completan las escenas alrededor de los personajes descritos arriba. Así Ra encuentra delante de un tribunal al italo-americano Rodolfo, los dos observados por los falangistas. Rodolfo despierta el interés y la desconfianza de los fascistas por su nombre Rodolfo Valentino; se llama como el actor del cine mudo en Estados Unidos (murió en 1926) a quien imita incluso con su mata de pelo que cuida con mucho esmero. Esta influencia extranjera de una persona tan dudosa no puede ser tolerada y le afeitan la cabeza. Así de calvo se siente profundamente humillado. También le queman la mano con un cigarrillo encendido y le hacen beber aceite de ricino. Lo peor que le reprochan es su amistad con un intelectual izquierdista que escribe versos subversivos. Se cierra el círculo reconociendo a N.Wennofer N.. Pero Rodolfo no tiene ninguna preferencia por la política. Él vive en otro mundo: Hollywood. Rodolfo Valentino, Michelangelo, Dante Alighieri. Gaetano Rapagnetta (p. 109).
Otra vez se bifurca la rama narrativa y entran en escena la novia de Rodolfo y su suegro. Los dos viven en un antiguo molino donde Ra pasará la noche. La aparición de Joviana es espectacular. Rafael la descubre en una pintura de Juan Vermeer y desde ahora actúa como una joven mujer, encinta y con ojos de color de uva:
Entonces me dije que la madamisela Joviana – Jovita la llamó luego su novio –
había tenido trabajo en salirse del cuadro de Juan van Ver Meer, abandonar su
lectura y presentarse ante nuestros ojos con seis meses de embarazo (p.122).
Aquí está ejemplificado lo que J. J. Delgado observa en “Por lugares de la modernidad literaria”. Dice que la obra de arte (…) es sustancia misma novelística (p. 91). La modernidad y el cosmopolitismo tienen mucho en común.
Volvamos al molino. Según J. J. Delgado en Regionalismo. Cosmopolitismo. Atlanticismo el cosmopolitismo es una actitud personal. Sin esta actitud que le había impulsado a conocer el arte de otros países Ra, el doble literario de Rafael Arozarena, no habría podido hacer las experiencias siguientes. Al despertar, entre sueño y la primera luz de la mañana, Ra tiene la visión de una galería de arte moderna, fantástica, compuesta de cuadros de Picasso, Mondrian, Chagall, evocadas por los juegos de la luz entre sus pestañas. No hay que menospreciar el papel que jugaban las copas de ginebra que tomaban la tarde anterior.
Resumiendo se puede decir que el cosmopolitismo del autor se articula de manera visible también en la orientación hacia las culturas de otras naciones o sea en contactos directos o indirectos con personas más allá del horizonte insular.
¡Qué sean suficientes estos pocos ejemplos alrededor de Rodolfo – en la novela hay muchos más – para subrayar la variedad y el brillo de los tesoros que el autor adquirió aparentemente durante múltiples viajes por los museos del mundo!
Los hallazgos del cosmopolita se extienden también a la literatura. Un encuentro muy intenso es con el filósofo alemán Friedrich Nietzsche. El autor establece primero un transfer exterior aprovechando una semblanza bien visible entre el filósofo y su pareja en la novela, Issatus. Se va espesando el bigote de Nietzsche. La vida también (p. 112). El autor no queda en la superficie: avanzando al interior del personaje se sirve de una cita sacada de Zarathustra en la que alude al espíritu crítico de Isaac:
Si se le quita la joroba a un jorobado se le quita al mismo tiempo su espíritu (p. 169).
Sin este sentido crítico Issatus – Isaac tendría otro papel en la novela. –
Parece que la pareja Issatus – Nietzsche le daba no pocos impulsos a Rafael Arozarena. Elaboraba otro episodio sin nombrar al filósofo alemán, pero los perfiles se parecen tanto que no cabe duda que Nietzsche por lo menos estaba cerca. Se sabe de la relación reservada, problemática de los dos personajes, de Nietzsche y también de Isaac – Issatus con referencia a la mujer, una clase de aversión, de rechazo y al mismo tiempo de atractivo. En la novela Issatus mata a una mujer en la playa. Según el informe del autor el impulso a este episodio fue una hoja de calendario que muestra una chica bonita en maillot rojo que enfurecía a su amigo por su fuerza atractiva. – Así nació un cuento, ubicado entre encanto y agresión, escenificado por la fantasía del autor.
Hay otra persona en la novela a quien el autor entrelaza con el filósofo alemán, es N. Wennofer N.. El elemento del fuego une a los dos. La imagen ígnea ocupa mucho lugar en los episodios alrededor de N. Wennofer N.. Según los bomberos que ya están presentes, el fuego es un peligro para él y sus escrituras. La atmósfera es amenazante. Pero N. Wennofer N. no se deja intimidar, ni por el fuego ni por las amenazas de sus adversarios, él no sufre daño ninguno atravesando las llamas del incendio, una imagen fantástica con valor simbólico. Un verso suyo es: El fuego es donde vivo; es lo que soy (p. 202). Nietzsche está muy presente aunque no nombrado. Él había dicho: Flamme bin ich sicherlich (FRÖ, Scherz 62) – (Seguro soy llama). Para los dos el fuego pertenece a su ambiente, les es un elemento amistoso. Su trato con él les eleva sobre los mortales. Son personajes excepcionales, tanto el escultor como el filósofo. Los dos personifican la fuerza y la eficacia del fuego.
Rafael Arozarena incorpora a su obra de mano hábil a poetas, a filósofos, pintores, cantantes de todos los países dándoles una vida nueva en otro ambiente. Y parece un juego, con tanta ligereza actúa moviéndose en las salas de los museos o de las bibliotecas a través del globo. Y resulta un producto nuevo enriquecido por ingredientes insulares. El lector se siente animado a perseguir la huella al revés y hallar la fuente en el campo poético o artístico. Y no es sólo a Nietzsche a quien ha reservado un lugar en su obra. Es una lista larga que implica a muchas nacionalidades. El lector de Cerveza… las hallará sin dificultad.
No sólo por las muestras visibles, los hallazgos que encontró en sus viajes, el autor se manifiesta como cosmopolita en Cerveza de grano rojo sino sobre todo por sus ideas como se reflejan en algunas citas. Se trata de su aversión contra toda clase de ideas utilitarias contra las que se rebela. Ya se rebeló de joven cuando prefirió la inseguridad de una vida literaria a la vida bien dotada que había imaginado su padre viéndole ya de médico, pero él: Quiero ser poeta. – Vuelvo a la idea de J. J. Delgado que el cosmopolitismo es una actitud personal y añado que es una mentalidad, intencionada no nativa, que comprende varios factores: tener el ánimo de nadar contra la corriente y además preferir el hambre a una saciedad insana porque el que está saciado se vuelve perezoso y como tal prefiere el sofá al cosmos. No es difícil reconocer las influencias que deja entrar desde fuera, sobre todo las influencias del surrealismo y del modernismo las que dan a la novela su tinte brillante. Aceptándolas el cosmos insular ya no puede existir siendo el lugar cerrado de antes cuando el pincel de Ángel Guerra esbozaba la vida dura de los campesinos o pescadores que vivían entre los límites estrechos de su isla (véase J. J. Delgado, Por lugares de la modernidad literaria, p. 303).
El autor Rafael Arozarena quiso alcanzar otros horizontes y su amigo Isaac – Issatus formula con precisión la idea que entonces les daba el impulso:
Vámonos. Me gusta la palabra. … Irnos. Es el movimiento, la transformación del tiempo y del espacio. Es la vitalidad. Es también el dinamismo del mundo… (p. 215).
Así se puede llamar al autor un cosmopolita aunque … en realidad abandonara las islas pocas veces. Viajaba en la mente, un viaje muy eficaz revisando los tesoros que se llevó, versos, personajes, filosofías o sólo adornos sorprendentes. Pero – para darles forma a estos hallazgos necesitaba su isla, la necesitaba para poder escribir. Todos sabemos como está arraigado allí. Recuerdo sólo los colores de las puestas de sol en Mararía o el perfume de las flores en Cerveza … o toda esta vegetación endémica cuyos nombres me recitaba en latín, español y en la lengua del pueblo. Y siempre quería oír el sonido en alemán. Necesitaba su isla, eso sí, pero no como un lugar cerrado, sino un lugar que por el mar abre otros horizontes. Éstos se comprenden tanto mejor cuanto más se conocen las raíces propias.
“El mar abre otros horizontes”, también los del tiempo y del espacio para desembocar en un mundo oscilante entre la realidad de la novela – el paseo por el museo – y la fantasía. Las frases siguientes ilustran esta idea. Es el mar que ha realizado por fin la línea perfecta, la belleza tanto anhelada y no alcanzada por N. Wennofer N. ni por su hijo Horacio; el mármol se había resistido a sus esfuerzos. – Muchos años han pasado y Rafael – Ra choca por azar con dos personas en el museo sin ser apercibido: son Nut y aparentemente su hijo, una criatura cuya belleza perfecta le conmueve. Rafael – Ra no se acuerda de un padre posible, pero sí de un encuentro de Nut con el mar. Y los días pasados juntos con Nut y los amigos en Playa Sonora son presentes otra vez:
Es noche sin luna. Nut, antes de sumergirse del todo en el mar, trata de interpretar
los signos celestes. Cassiopea colgada cabeza abajo por su orgullo, y Perseus con la pierna derecha luminosa parece descansar junto a su caballo. Lejana, la luz de Betelgeuse. La gran ballena Cetus desaprarece en el horizonte tras las huellas de Andrómeda. Es entonces el mes de marzo, cuando Neptuno dirige su carro hacia Nut y ella deja que su hermoso cuerpo se hunda en el océano (p. 265) …
Y Rafael recuerda (p. 286).
Acaso el mar.
Los peces siguen brillando.
Referencias bibliográficas:
Rafael Arozarena, Cerveza de grano rojo. Prólogo de M. Torres Stinga. INTERINSULAR CANARIA 1984. – Traducción alemana – Bier aus rotem Korn. de Gerta Neuroth. EDITION LÜBBE. 2002. (Las citas con las páginas indicadas que se refieren a la novela son extractos de la edición de arriba).
Juan José Delgado, Por lugares de la modernidad literaria. EDICIONES IDEA. 2008
…………….., Regionalismo.Cosmopolitismo. Atlanticidad en: Los otros diálogos atlánticos. (ed.): Juan-Manuel García Ramos. FUNDACIÓN CANARIA MAPFRE GUANARTEME. 2013
Friedrich Niezsche, Also sprach Zarathustra. INSEL TASCHENBUCH 2676. 2000
Hermann-Peter Eberlein, Flamme bin ich sicherlich! SCHMIDTVONSCHWIND VERLAG. Köln. 1999
Licht wird alles, was ich fasse. Lexikon der Nietzsche-Zitate. Hrsg. Johann Prossliner. Vorwort Werner Ross. KASTELL VERLAG. 1999